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Un broche fatídico para un mal semestre

La inversión colectiva ha culminado en junio uno de los peores periodos de su historia

La ausencia casi total de alicientes para los inversores es lo que quizás describe mejor en estos momentos el estado de los fondos de inversión. En especial tras la negativa cosecha del primer semestre del año, rematada con un mes de junio que ha sido uno de los peores meses en la historia de los fondos de inversión desde hace bastante tiempo. La renta variable ha sido la razón principal del descalabro de las rentabilidades de los fondos hasta el punto de situar en pérdidas a la mayoría de los fondos existentes. Más de 600 fondos cerraron el primer semestre del año con pérdidas superiores al 10%, todo un récord para el sector.

La reacción de los partícipes no ha sido dramática sino que los inversores han optado por aguantar el mal momento bursátil, que para muchos se prolonga desde la primavera del año 2000 (es decir, hace algo más de dos años), y, en todo caso, algunos han optado por trasladar su ahorro desde los fondos más expuestos a los vaivenes bursátiles hacia los de perfil más conservador. A este traslado ha contribuido no sólo la acusada pérdida de los mercados bursátiles sino la primavera, posiblemente fugaz, por la que están atravesando los mercados de renta fija, revalorizados en estas últimas semanas por el aplazamiento de las subidas de los tipos de interés oficiales, provocado a su vez por el retraso en la recuperación de las economías occidentales.

La renta variable mantiene, en todo caso, sus expectativas favorables aunque previsiblemente no se materializarán hasta que la economía muestre síntomas creíbles de fortaleza.

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