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Comisión

La CNMV urge por carta a los consejeros independientes para que actúen como tales

La CNMV ha enviado una carta a 72 entidades cotizadas y a más de 300 consejeros independientes para que éstos se impliquen efectivamente en el gobierno de la empresa. La comisión les recuerda que tienen la obligación de pedir información, en tiempo y forma, para participar en la toma de decisiones, evitar la delegación de su voto e intervenir en las comisiones de control, así como fomentar el uso de órganos consultivos y discrepar con las decisiones empresariales cuando así proceda, remitiendo incluso las quejas a la propia CNMV.

Los consejeros independientes son aquellos que se sientan en el consejo de administración pero que no están relacionados con la directiva de la empresa ni con los principales accionistas. Por este motivo, y en teoría, son neutrales y defienden los intereses de los accionistas minoritarios.

Recomendación

La carta, que tiene carácter de recomendación, se dirige a las entidades que han adoptado el código de buen gobierno y que, según éste, han incluido a consejeros independientes en el consejo de administración. La recomendación se produce, según la propia comisión, al hilo de los escándalos contables registrados en Estados Unidos, y recuerda a las empresas la necesidad de reforzar sus mecanismos de control interno.

Numerosas empresas se han acogido al Código Olivencia y han introducido a personas independientes en sus consejos de administración. Pero en éstos terminan encontrándose nombres de familiares, o se repiten los mismos consejeros en varias compañías. Hay un riesgo de que las empresas nombren consejeros nominales de cara a la galería, para ganar credibilidad, sin que éstos actúen como tales.

'No hay que obligar a nadie a que nombre consejeros independientes, pero ya que voluntariamente las empresas lo hacen, conviene recordarles cómo deben actuar', asegura un portavoz de la comisión.

La figura del consejero independiente se creó con el Código Olivencia, puesto en marcha durante la presidencia de Juan Fernández-Armesto. Los consejeros independientes fueron, de hecho, una de las grandes apuestas de Fernández-Armesto para garantizar que las decisiones empresariales se correspondiesen con los intereses de los pequeños accionistas.

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