Una nueva era en la producción eléctrica
Incluso un observador profano puede reconocer a simple vista una central de generación eléctrica mediante ciclo combinado alimentada por gas. Cada grupo de generación o producción consta de un edificio rematado por una gran chimenea (caldera de recuperación) adosado en línea a otro edificio industrial (que alberga sendas turbinas de gas y de vapor). Se trata del último grito en fabricación de energía eléctrica: la combustión del gas genera electricidad por sí misma, pero, al mismo tiempo (de ahí el epíteto de combinado) el vapor generado por esa combustión al ser recuperado también genera electricidad, produciéndose dos circuitos de generación simultáneos y, por tanto, una mayor eficiencia productiva.
Endesa y Gas Natural inauguraron oficialmente la semana pasada en San Roque (Cádiz) la primera central de ciclo combinado que entra en funcionamiento en España y con ella han entrado de lleno en la nueva era en el mercado de la generación de energía eléctrica, marcada por la necesaria colaboración entre empresas de diferentes sectores energéticos (en este caso, la electricidad y el gas) y por su alianza en un escenario de liberalización de todo el sector energético (tanto Endesa como Gas Natural pueden participar en el mercado energético de su socio y a la vez rival).
El proyecto que inicia la sustitución de las centrales tradicionales por el ciclo combinado en España ha visto la luz cuatro años después de que ambas compañías suscribiesen un acuerdo para la construcción y posterior gestión por separado de dos grupos de ciclo combinado de 400 megavatios de potencia cada uno en San Roque y de otra central idéntica en San Adriá del Besós (Barcelona). La fuente de alimentación es el gas natural, lo que hace necesaria la instalación de la central en un punto cercano al paso de un gasoducto, en este caso el del Magreb procedente de Argelia, que entra por la bahía de Algeciras en España.
Los gestores de ambas empresas siguen considerando viable esta forma de generación pese a que se enfrentan a un precio del gas natural más elevado del existente cuando se plantearon algunos de estos proyectos. Aun así, la inversión empleada por las compañías en San Roque, de 340 millones de euros, es inferior a la necesaria para una central de ciclo aislado (la tradicional alimentada por fuel).
En cambio, sus prestaciones son superiores. El rendimiento final del proceso en ciclo combinado es del 58% (sobre el calor generado en la entrada del proceso) frente al 35% que ofrece una central de ciclo aislado. El ciclo combinado reduce además drásticamente las emisiones contaminantes de óxido de nitrógeno (un 80%), dióxido de carbono (a la mitad) y partículas en suspensión (un 15%).
Sobre este punto ha surgido la controversia. Las compañías promotoras de centrales de ciclo combinado suelen jactarse de que sus centrales son 'ecológicas'. No lo son, simplemente reducen las emisiones y, por tanto, el nivel de contaminación con respecto a una central tradicional. Pero una eventual concentración de centrales de ciclo combinado en puntos cercanos puede ser altamente contaminante.
Concentración
El presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, ha pedido al Gobierno y a las compañías que eviten la concentración de centrales en Cádiz, provincia que por su situación estratégica como puerta de entrada del gasoducto del Magreb cuenta ya con otros tres proyectos (además del de San Roque) para la construcción de centrales de ciclo combinado promovidos por compañías como Enron, Unión Fenosa o Abengoa y además todos ellos se sitúan en la localidad de Arcos de la Frontera, lo que ha generado la oposición frontal de la Junta de Andalucía y de los ecologistas.
Pese a los inconvenientes surgidos en los últimos años, las compañías siguen considerando el ciclo combinado como la tecnología de generación eléctrica del futuro y ya tienen diseñado un nuevo mapa de generación eléctrica para España. Endesa y Gas Natural tienen casi en marcha la central de Sant Adriá del Besós, idéntica a la de San Roque. Gas Natural proyecta otros dos grupos de generación de 400 megavatios cada uno en Arrúbal (La Rioja) y otros dos en La Plana del Vent (Tarragona), de forma que el grupo espera tener 4.400 megavatios de potencia instalados en 2006 a partir de ciclo combinado.
Endesa conectará a la red durante este mes la turbina de vapor de la central de Son Reus I, en Baleares, de 230 megevatios de potencia, pondrá en servicio una central de 400 megavatios en Tarragona en agosto de 2003 y otra similar en Huelva en 2004. La compañía tiene en construcción las centrales de Son San Reus II, de 218 megavatios; Granadilla (Canarias), de 219 megavatios, y Barranco de Tirajana (Canarias), de 219.
Obra alemana y 1,9 millones de horas de trabajo
Construir la primera central de ciclo combinado de España ha requerido un total de 1,9 millones de horas de trabajo por parte de 800 trabajadores directos con picos de 900 empleados en días punta entre marzo de 2000 y febrero de 2002.
Durante su explotación, la necesidad de personal se reduce a 60 técnicos altamente cualificados más 75 empleados adicionales durante los trabajos de mantenimiento anual de los dos generadores de que consta la instalación.
Técnicamente, cada uno de los dos grupos generadores de 400 megavatios está dotado de una turbina de gas, otra de vapor, un alternador, una caldera de recuperación de vapores y un sistema de refrigeración con agua del mar. La electricidad generada en el proceso se evacua a la subestación eléctrica de Pinar del Rey, situada a 6,1 kilómetros de la planta, que ocupa una parcela de 15 hectáreas. De esta forma, la central define su dependencia de los suministros externos por tres puntos: la acometida del gas procedente del gasoducto del Magreb, la toma de agua del mar desde una bomba situada a 1,5 kilómetros y la evacuación a Pinar del Rey.
El proyecto se inició con un acuerdo firmado entre Endesa y Gas Natural el 14 de octubre de 1998 para la construcción de las centrales de San Roque y Sant Adriá del Besós. En julio de 1999 fue adjudicada la construcción a la compañía alemana Alstom Power. El 14 de diciembre de 1999 se firmaron los contratos de la cuatro unidades (las dos de San Roque y las de Sant Adriá del Besós). Endesa y Gas Natural explotarán cada grupo generador por separado.