El Greco paga los impuestos de Aceralia
Aceralia, del Grupo Arcelor, se ha sumado a la larga lista de empresas que cumplen con sus deberes fiscales con obras de arte. En este caso, la compañía abonará el impuesto sobre Sociedades al Ministerio de Hacienda con la compra del Apostolado del Marqués de San Feliz, una obra de El Greco compuesta por 12 cuadros de cada uno de los Apóstoles.
El importe de la operación asciende a 18 millones de euros. En lugar de pagar al contado, la compañía adquiere la obra cuyo destino final será el Museo de Bellas Artes de Asturias, en Oviedo, donde quedará expuesta al público.
La adquisición se formalizará 'inmediatamente'. El objetivo es que el Apostolado, único de los tres reconocidos de El Greco que se conserva íntegramente, permanezca en la comunidad autónoma.
Los 12 cuadros fueron pintados entre los años 1585 y 1590, según el especialista Alfonso Pérez Sánchez. La historia se remonta a la Sevilla de primera mitad del siglo XVIII cuando la obra fue adquirida por el hidalgo asturiano Juan Eusebio Díaz de Campomanes. En 1893 fue descubierta por la Comisión Provincial de Monumentos en el Monasterio de San Pelayo en Oviedo, que comunicó el hallazgo a la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Posteriormente, en el año 1905, el anticuario francés Emile Parés quiso comprar la colección, pero Antonio Sarri de Oller, Marqués de San Feliz, ofreció la misma cantidad que el anticuario francés para evitar que saliera de Asturias. Desde entonces, la colección ha permanecido en poder de la familia, en Oviedo.
Aceralia enmarca esta operación en su proyecto Crecer Siglo XXI, con el que pretende 'enriquecer el entorno de la sociedad en la que está inmersa'.
La compra de esta colección de cuadros, calificados de bienes de interés cultural, se ha gestado en los últimos meses, y ha consistido en la adquisición de los cuadros por parte de Aceralia y su posterior dación a la Agencia Estatal de Administración Tributaria, tras la oportuna aprobación por parte de la Comisión de Valoración del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
El arte se ha convertido en una de las fuentes de ingresos de Hacienda, ya que este organismo ha recibido desde 1998 obras de arte valoradas en más de 80 millones de euros en concepto de pago de impuestos por dación. Entidades financieras como Caja Madrid, que entregó al Museo Reina Sofía un lote compuesto por seis cuadros de Joan Miró valorados en 18 millones de euros, o el BBVA, que aportó obras de Pablo Picasso y Zurbarán, se han acogido a esta fórmula, tal y como lo han hecho los herederos del financiero Pedro Masaveu y del pintor Antonio Saura o compañías como Acciona. Sin embargo, en España el pionero fue el empresario Juan Abelló, quien en 1988 liquidó el IRPF con un lienzo de Lucas Cranach y en 1995 repitió la acción.
Uno de los casos más sonados lo protagonizaron los herederos de Pablo Picasso que, en su momento, hicieron entrega al Estado francés de un conjunto formado por 800 obras del pintor malagueño valoradas en 300 millones de francos (unos 45 millones de euros) y que sirvieron para liquidar los tributos derivados de los derechos de sucesión.