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Brasil
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La crisis provoca un fuerte deterioro de la solvencia fiscal

Hace tan sólo unos días la agencia calificadora Standard & Poor's decidió rebajar el rating de la deuda soberana brasileña desde BB- hasta B+, siguiendo la rebaja realizada por Fitch un par de semanas atrás. Si bien las agencias calificadoras no citan la incertidumbre generada por las elecciones presidenciales de octubre próximo como el motivo directo de las revisiones a la baja de sus calificaciones, lo cierto es que el deterioro de la calidad crediticia de Brasil está originada por este factor.

Para el país carioca una situación de incertidumbre como la actual o la generada por la crisis argentina en 2001 ya implican, independientemente de los fundamentos de su economía, una menor solvencia fiscal.

Esto se debe a que gran parte de la deuda brasileña está indizada a las condiciones de mercado: un 52% se encuentra indizada a un tipo de cambio flotante y un 28% está denominada en dólares. Una situación de incertidumbre conlleva inevitablemente un aumento de las rentabilidades exigidas a las letras del Tesoro, generando un aumento de la carga financiera no sólo de las nuevas emisiones sino de toda la deuda emitida a tipo de interés flotante. Por otro lado, se produce una mayor demanda de dólares, fruto de su característica de refugio de esta divisa, que deriva en una depreciación del real que a su vez implica el aumento del stock de deuda denominado en dólares en función de la capacidad de pago de la economía brasileña.

La rebaja de la calificación de la deuda soberana por Standard & Poor's ha amplificado la incertidumbre preelectoral en Brasil

Esta situación se ve agravada debido al escaso plazo en el que se encuentra financiada la deuda de Brasil (un promedio de 26 meses), por lo que la masa que se debe refinanciar constantemente en el mercado es elevada (unos 6.324 millones de euros mensuales). Estos vencimientos deben ser refinanciados a plazos más cortos, con rentabilidades más elevadas y el pago de éstos generan un aumento de la liquidez que deriva en una mayor demanda de dólares.

Esto es lo que se ha visto en los últimos meses en Brasil, en dónde las rentabilidades exigidas a las letras locales han aumentando más de cinco puntos, el real se ha depreciado un 23% y los plazos de las emisiones han debido ser acortados, generando un deterioro en el perfil de la deuda y un aumento del stock y coste de ésta.

Inestabilidad cambiaria

 

En las últimas semanas asistimos a acusados movimientos en los mercados de divisas latinoamericanos provocados por la incertidumbre en los mercados financieros, la crisis de confianza en Brasil y la falta de avance en el problema argentino. El real brasileño se mantiene en mínimos frente al dólar, acusando la incertidumbre electoral y la rebaja de la calificación crediticia del país. Sólo el anuncio de intervenciones en los mercados por parte de la autoridad monetaria supuso un cierto freno a la senda descendente del real.

 

 

 

 

 

 

 

Por su parte, el peso mexicano ha experimentado también una fuerte depreciación, acusando las incertidumbres que rodean a la economía estadounidense, y los fuertes descensos de sus índices bursátiles, aunque también recogiendo un cierto contagio de Brasil. Tampoco el peso argentino ha permanecido ajeno a esta situación, y pese a haber experimentado una fuerte depreciación frente al dólar en lo que llevamos de año, la incertidumbre reinante en los mercados y, sobre todo, la escasez de progresos en la situación argentina, han arrastrado a la divisa argentina a mínimos históricos. Salvo el caso del peso mexicano, cuya evolución dependerá en gran medida de que se despejen las dudas sobre el ámbito empresarial estadounidense, la evolución del resto de monedas del área estará ligada, en el corto plazo, a la situación en Brasil. En tanto en cuanto la volatilidad continuará hasta que se celebren las elecciones, o se despejen las dudas sobre el resultado de las mismas, es de esperar una continuidad de la elevada volatilidad en los mercados en el corto plazo.

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