El Nasdaq sufre otro varapalo y cae el 7% en dos jornadas
El miedo no desaparece en Wall Street. La psicosis terrorista sigue viva en la mente de los inversores estadounidenses que se temen lo peor el día de la fiesta nacional del 4 de julio. Las caídas sufridas ayer por el Nasdaq y el Dow Jones, un 3,28% y 1,12%, respectivamente, son la mejor representación del temor que se respira en las mesas de negociación. Tampoco contribuyó el contagio de enronitis a Europa a través de Vivendi.
Además, florecen los comentarios de los llamados bears (los expertos más pesimistas). Tony Dye, un gestor independiente que trabajó para Phillips & Drew y que hace tres años era el hazmerreír del mercado por pronosticar una fuerte corrección de la renta variable -lo que le costó su puesto en Phillips & Drew-, aseguró ayer en un encuentro de gestores de fondos de alto riesgo que las Bolsas se encuentran aún un 60% sobrevaloradas.
El Nasdaq cerró ayer por debajo del nivel psicológico de los 1.400 puntos (ha caído el 7,2% en dos jornadas) tras varios recortes de recomendaciones en el sector tecnológico por parte de las firmas más prestigiosas de Wall Street. Merrill Lynch rebajó sus estimaciones de resultados para Dell, lo que provocó una caída del 2,86% en el valor.
Por su parte, Morgan Stanley soltó una batería de recortes de recomendación en el sector de semiconductores y chips, que afectó principalmente a Applied Materials (-5,55%) y Novellus Systems (-9,8%). Aunque el desplome más sonado fue el de Advent Software, que cayó un 29,94% tras anunciar que sus ganancias del segundo trimestre serán inferiores a lo previsto.
La caída de Nasdaq la noche del lunes y el retroceso del 3% que este mercado sufría en el periodo de coincidencia operativa provocó una nueva escabechina en los índices europeos. Los retrocesos fueron especialmente sangrientos en el Dax (-3,91%) y la Bolsa parisina, que cayó el 4,15%.
El mal dato de confianza de los consumidores de la zona euro en el mes de junio aceleró aún más la ventas. El resultado fue fatal para los índices Euro Stoxx 50 y Stoxx 50, que sufrieron la caída más abultada del año, un 4,22% y un 3,52%, respectivamente, retrocesos muy similares a los registrados en los días posteriores al 11 de septiembre.
La mejor representación del pánico que se vivió ayer en las Bolsas fue el descalabro de Vivendi (-25,52%). El gigante francés del ocio y la comunicación sufrió la ira de los inversores contra todo aquello que tenga alguna similitud con Enron y Worldcom. Al desplome de Vivendi contribuyó un artículo publicado por Le Monde en el que se ponía en duda los métodos contables de la francesa.
Los bancos más expuestos a Vivendi registraron también fuertes caídas, con BNP Paribas (-9,67%) y Société Générale (-6,12%) a la cabeza. La holandesa Philips Electronics, que posee un 3,5% de Vivendi, cedió el 6,87%.
El sector asegurador, con importantes participaciones en compañías industriales, fue otro de los afectados. Así, Prudential cedió el 7,82% después de una bajada de recomendación de Morgan Stanley. Axa cayó el 6,06%, y Allianz, un 6%. Las tabacaleras actuaron como refugio, prueba de ello fueron las alzas del 3,5% y del 2,99% en British American Tobacco y Altadis, respectivamente.
El real brasileño cotizaba ayer muy cerca de las tres unidades por dólar, el valor más bajo de la historia. La desconfianza en la moneda tuvo también reflejo en la Bolsa, que cayó el 0,41%. Los inversores internacionales siguen preocupados por la posible victoria de la izquierda en las elecciones de octubre.
Los inversores nipones no se dejaron intimidar por las caídas del Nasdaq en la víspera y el índice Nikkei cerró con un alza del 0,25%. La telefónica NTT, la mayor operadora del país, fue el valor que más contribuyó a la subida de Tokio al ganar un 2,39%. Los analistas creen que la Bolsa japonesa es la que ofrece mayores atractivos cuando retorne la confianza.