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Ocio

De excursión jurásica por Teruel

Acceder a la paleontología de forma lúdica y a la vez científica es el reto de Dinópolis, un parque situado en el bello entorno de la capital turolense

El parque tiene una extensión de 12.000 metros cuadrados, de los cuales 9.000 están reservados a una de las mayores exposiciones paleontológicas de Europa, la única en la que pueden contemplarse dentro de un mismo recinto los esqueletos de un Tyrannosaurus rex y de un Brachiosaurus, que hasta ahora sólo podían observarse en Tokio o en Berlín. En la mayoría de los casos se trata de restos originales, debidamente protegidos, aunque también se exhiben réplicas que han sido fruto del trabajo de los expertos. La materia prima se ha obtenido de la tierra. La provincia de Teruel dispone de numerosos yacimientos paleontológicos que han sido explotados a lo largo de siglos. Ahora hay nuevas investigaciones en marcha en Rubielos de Mora y Concud, proyectos en los que colaboran las Universidades de Zaragoza y Valencia, junto al Museo de Ciencias Naturales.

En la parte dedicada al espectáculo se puede realizar un viaje en el tiempo que transcurre desde el big-bang hasta el final del periodo Cretácico, momento de la extinción de los dinosaurios. El otro gran centro de interés ha sido bautizado con el nombre de T-Rex y su protagonista es un Tyrannosaurus rex robotizado, construido con la tecnología más sofisticada bajo la supervisión de los científicos de la Fundación Conjunto Palentológico de Teruel y del Museo de Historia Natural de Londres. Con él se ha organizado un espectáculo teatral que incluye efectos especiales y es una de las atracciones preferidas por los pequeños. Este Tyrannosaurus al que ha dado vida la empresas japonesa Kokoro es, según los paleontólogos de Dinópolis, el resultado de varias décadas de investigaciones.

En el área dedicada a museo los visitantes pueden observar el trabajo de los restauradores en un laboratorio donde se muestran detalles sobre los procesos de fosilización y recuperación de los huesos. A través de la rampa del tiempo geológico, en la que los monitores explican sus dimensiones y etapas, se accede a la sala del mundo acuático. En ella se puede contemplar la réplica de una mandíbula de Carcharodon megalodón, un tiburón que podía llegar a medir entre 18 y 20 metros de largo, el pez carnívoro más grande del que se tiene conocimiento.

En la sala de la extinción se aborda el fenómeno que hizo desaparecer a los dinosaurios y se puede tocar el meteorito Nantán, que cayó en China. La sala de los mamíferos, última del recorrido, alberga varias reproducciones de los esqueletos de especies espectaculares así como los fósiles originales de un mamut y un oso perezoso. Durante la visita se pueden ver también varias proyecciones, entre ellas una película en tres dimensiones que muestra cómo transcurre un día en la vida de una familia de dinosaurios.

Si los más pequeños, con edades comprendidas entre los cuatro y los diez años, no son muy aficionados a la paleontología siempre pueden recurrir al pequeño parque de atracciones construido en un recinto de 3.000 metros cuadrados en donde Dinovivo, Brincosaurio, Iguanodon y el Troncomóvil se ocupan de repartir emociones.

El Fondo de Inversiones de Teruel ha destinado a Dinópolis una partida de tres millones de euros para la construcción de las siete sedes que el proyecto inicial ha previsto en las localidades turolenses de Peñarroya de Tastavins, Galve, Mas de las Matas, Castellote, Concud, Albarracín y Rubielos de Mora. Estas localidades han sido seleccionadas como puntos emblemáticos dentro de la provincia, dada la importancia científica internacional que tienen sus yacimientos. La apertura de esta ruta jurásica en primavera completará los contenidos de este parque temático.

Dinópolis, que acaba de cumplir su primer cumpleaños, ha sido un proyecto promovido por el Gobierno de Aragón decidido a convertir el parque en uno de los elementos dinamizadores de la provincia de Teruel. El centro de ocio supuso una inversión inicial de 16 millones de euros, que está siendo ampliada en fases posteriores con el objetivo de alcanzar los 90 millones en un horizonte de 10 años.

Rubielos de Mora y Mora de Rubielos

La visita al parque temático puede ser completada con una breve ruta turística en la que no deben pasarse por alto dos pueblos situados a 40 kilómetros de distancia de la capital. Se trata de Rubielos de Mora y Mora de Rubielos. El primero se asienta sobre la comarca del Alto Mijares, también conocida como el Bajo Maestrazgo. De las murallas que abrazaban la población queda un corto lienzo más dos hermosas torres, la de San Antonio y el Carmen, del siglo XIV. Es interesante visitar también el claustro antiguo del convento de los carmelitas descalzos y la gran iglesia de Santa María, que fue colegiata. En estos monumentos hay huellas del estilo renacentista y gótico. Pero el edificio más monumental y vistoso es, con diferencia, la Casa Consistorial, de sobrio arte renacentista, rodeada de una larga lista de casas hidalgas de los siglos XVI al XVIII en muy buen estado de conservación.

En Mora de Rubielos, pueblo distante sólo 13 kilómetros del primero, es de obligada visita el castillo, un monumento representativo del gótico mediterráneo levantado sobre una fortificación posiblemente musulmana. Estancias como las caballerizas o las mazmorras se conservan como si no hubiera pasado el tiempo. Se agradece la total libertad de la que goza el turista para recorrer todos los recovecos de esta edificación, repletos de útiles antiguos.

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