Comienza la reunión de la Reserva Federal con pocas esperanzas de cambio en los tipos de interés
El Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal ha iniciado una reunión de dos días durante la cual evaluará los indicadores de la recuperación económica de EEUU, pero todo a punta que los tipos de interés no se verán alterados.
Actualmente, los tipos de interés están en el 1,75%, su nivel más bajo desde 1961, y se espera que la Reserva Federal los mantenga cuando emita mañana el comunicado final de la reunión a las 20.15 (hora española).
Hace cinco meses, en la última reunión del Comité de Mercado Abierto, su presidente Alan Greenspan atenuó el entusiasmo de quienes veían una incipiente recuperación económica, tras una caída del producto interior bruto en el segundo trimestre de 2001.
Durante todo el año pasado, la Reserva Federal luchó contra una débil recesión con la herramienta monetaria: once reducciones de las tasas de interés que mantuvieron robusto el consumo, que representa dos tercios del producto interior bruto de EEUU.
El último trimestre de 2001 mostró una reactivación, que se aceleró a un crecimiento del 5,6% en el primer trimestre del presente año.
Sin embargo, los datos muestran que Greenspan tenía razón ya que las inversiones y las ganancias empresariales siguen siendo débiles.
El desempleo de mayo fue del 5,8% y los economistas del Gobierno creen que continuará subiendo antes de que la reactivación económica se manifieste en nuevos empleos.
No obstante, vigilan con preocupación la marca del 6,25%, que creen peligrosa.
La inflación se ha mantenido baja, motivo suficiente para que la reunión de la Reserva Federal, que prepara el informe semestral que Greenspan presentará al Congreso a principios de julio, concluya sin variaciones en lo que se refiere a los tipos de interés.
En mayo, el índice de precios del consumidor se mantuvo sin cambios desde el mes anterior, y en relación con mayo de 2001, los precios a nivel de los consumidores aumentaron un 1,2%.
La mayoría de los analistas cree que el crecimiento de la economía en el segundo trimestre habrá sido de alrededor del 1,5%, y algunos argumentan que se necesita una nueva rebaja -quizá de 25 puntos porcentuales- para otra inyección de estímulo.
Para Greenspan y sus colegas economistas al frente de la Reserva Federal, el dato fundamental es la estabilidad de precios.
Y, si se exceptúan unos pocos sectores protegidos de la libre competencia (petróleo, acero, vivienda, asistencia médica y tabaco) no hay indicios de grave inflación.
Algunos economistas creen que la vasta infusión de dinero que la Reserva Federal efectúa en el sistema, y la debilidad del dólar, puedan llevar en el futuro a precios más altos, pero otros están preocupados por la posibilidad de una deflación.
Al margen de la inflación, también abundan los indicadores de una mejoría en el ambiente económico: las fábricas han reanudado el crecimiento de la producción después de meses en los cuales los inventarios se han reducido a un ritmo y un nivel sin precedentes.
Algunos analistas esperan que las ganancias de las empresas crezcan, por primera vez en más de un año, y los sectores clave de automotores y vivienda siguen siendo robustos.
Pero, en una economía que ahora gira en torno a la inversión financiera mucho más que hace una década, los miedos de los inversionistas a veces superan a los ingredientes saludables, y lo cierto es que los mercados de valores han retornado a sus cotas bajas de septiembre.
Los inversores se vuelcan hacia las apuestas que perciben como seguras, tales como los bonos del Tesoro, el oro o aún el euro, en perjuicio de las acciones de las empresas que no prometen las ganancias jugosas que dieron durante la bonanza económica.