España aporta sólo el 1% de la inversión exterior en los países del este de Europa

La ampliación de la UE era una de las grandes prioridades definidas por el Gobierno español al inicio de su semestre de presidencia. Una prioridad que se corresponde también con los objetivos de la política oficial de apoyo a la internacionalización, pero que una vez más no tiene correspondencia con las estrategias de nuestro sector empresarial, que sigue de espaldas a los mercados de Europa Central y Oriental.

A este respecto, los datos del último informe elaborado por Litexco Group, grupo inversor especializado en los países de la ampliación, no pueden ser más reveladores. Las inversiones directas españolas acumuladas en la antigua Europa del Este en el periodo 1990-2000 no aportan más del 1,1% de la inversión total recibida en ninguno de los países candidatos.

Así, las empresas españolas sólo suponen el 0,7% de los 9.090 millones de euros de inversión mundial recibida por Polonia en el periodo; el 0,18% sobre un total de 7.456 millones en la República Checa; el 0,19% sobre 2.200 millones de euros en Eslovaquia; el 0,8% sobre 1.875 millones en Hungría; el 0,22% sobre 1.704 millones en Rumania; el 0,67% sobre 900 millones en Bulgaria, y el 0% sobre los 327 y 1.833 millones de euros invertidos en Eslovenia y los tres Estados bálticos, respectivamente.

Si nos atenemos a las cifras del año 2001, los datos oficiales de la Secretaría de Estado de Comercio muestran una tendencia decreciente con una inversión bruta española de 224,99 millones de euros en los Pecos (Países de la Europa Central y Oriental), cifra que supone una caída del 82,3% respecto a los resultados de 2.000.

Tampoco es más alentador el capítulo de las exportaciones. Los datos del informe de Litexco Group, aunque reconocen el incremento de las ventas españolas a la región en el último ejercicio, concluyen que las cifras absolutas 'son insignificantes' si se comparan con el resto de los países de la UE.

Medidas de emergencia

En el año 2001, las exportaciones españolas a Europa del Este, incluidos Rusia y los países de la antigua URSS, alcanzaron un valor de 4.872,19 millones de euros, un 22,34% más que en el ejercicio de 2000, pero su aportación al conjunto de la exportación española supone sólo el 3,8%.

En los últimos 10 años el mayor volumen de las ventas de productos made in Spain corresponde a Polonia, con 1.285 millones de euros, muy lejos de los 31.961 millones vendidos por la UE. En todos los países candidatos, la ventas españolas nunca absorben más del 2,5% de su importación total, a excepción el año pasado de Eslovenia, donde llegaron al 2,69%.

Oportunidades atractivas en servicios

 

El área geográfica de los 10 países candidatos a la ampliación registró en 2001 un crecimiento económico del 4,2%, por encima de la media de la UE.

 

 

 

 

 

 

 

En este contexto, existen todavía interesantes oportunidades de negocio en 'condiciones muy atractivas', entre las que Litexco Group destaca el coste salarial, un 40% por debajo de la media de los Quince, una formación técnica de los trabajadores muy competitiva y una 'amplia y generosa' política de incentivos fiscales y laborales que han aprobado sus Gobiernos para atraer inversión exterior.

 

 

 

Destacan, entre ellos, la exención total de impuestos por un periodo de 10 años, exenciones arancelarias, incentivos por la creación de nuevos empleos y a programas de formación de personal; además de la existencia de un tipo del impuesto sobre sociedades inferior al existente en los países que ya son miembros de la Unión.

 

 

 

Las oportunidades de negocio se concentran especialmente en los sectores de servicios y turismo, especialmente en los mercados relativamente avanzados y ya maduros económicamente como Hungría, Polonia, República Checa y los países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania).

 

 

 

Para las empresas del sector industrial todavía se pueden encontrar interesantes oportunidades en Bulgaria, Rumania y Eslovaquia. Para el sector agrario, que salvo en Hungría y las repúblicas bálticas precisa de una intensa actividad de la industria transformadora, existen proyectos potencialmente muy atractivos en Polonia.