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20-J

La moderación salarial y el futuro de las pensiones, pendientes del diálogo

El conflicto social ha llegado a su punto álgido cuando aún quedan pendientes de negociar entre Gobierno, sindicatos y patronal varias reformas. El futuro de las pensiones públicas, la renovación del pacto de moderación salarial, la revisión de la negociación colectiva e hipotéticas modificaciones en la reforma del desempleo dependen de la recomposición del diálogo tras el paro general.

La ruptura del diálogo social entre el Gobierno y los sindicatos esta primavera puede poner en peligro varias de las bases que han contribuido al fuerte crecimiento económico y del empleo en los últimos años, como son la paz social, la moderación de rentas salariales y la rebaja pactada de cotizaciones sociales y de las indemnizaciones por despido para contratar jóvenes.

En el caso de que tras la huelga general de la semana pasada no se recomponga el diálogo, están en peligro la revisión del pacto de moderación salarial, que debe acometerse en el otoño, y la reforma de las condiciones de financiación de las pensiones, cuestión estratégica de vital importancia para mantener la estabilidad social y que debe desarrollarse en el año 2003, tal como CEOE, Comisiones Obreras y Trabajo pactaron en 2001.

Pero la recuperación del consenso pasa por la modificación negociada de la propia reforma de la protección por desempleo que está en vigor desde el 27 de mayo y que ha sido el detonante del paro general. Los sindicatos pretenden utilizar a los grupos parlamentarios para modificar la mayor cantidad posible de elementos de la reforma, y 'veremos con buenos ojos cuantas mejoras se hagan', dicen fuentes sindicales.

Deben restituirse, según las centrales, los salarios de tramitación, la definición tradicional de oferta de empleo adecuada para los parados con prestación de paro y el subsidio por desempleo agrario en Andalucía y Extremadura en las condiciones anteriores al decreto.

Si se recompone el diálogo, no tendría mayor dificultad el resto de la negociación, pese a que el propio secretario general de Comisiones Obreras, José María Fidalgo, considera que 'tras un proceso de conflicto cuesta mucho trabajo devolver a las estructuras sindicales hacia las tesis de diálogo y acuerdo'.

En caso de dificultades, el propio Gobierno hará valer la intención de su presidente de aplicar las reformas de manera unilateral, tal como adelantó en la junta directiva del PP hace dos semanas.

En tal caso, la reforma de los convenios colectivos, que se aplazó en diciembre pasado por la fuerte oposición de la CEOE y la UGT, volvería sobre la mesa del Consejo de Ministros, provocando quizás una nueva confrontación entre sindicatos y Administración. Fidalgo comentó los días previos al 20-J que si el Gobierno se empeña también en imponer un endurecimiento de las condiciones de cotización de los trabajadores para la pensión de la Seguridad Social, 'tendremos otra' confrontación.

En el punto de partida de la negociación sobre Seguridad Social existe ya una seria discrepancia. El Ministerio de Trabajo asegura que existe ya el compromiso de que en 2003 se acometa la ampliación de los años que se tomen en cuenta para calcular la cuantía de las pensiones (ahora está en 15 años), pero CC OO lo niega. æscaron;nicamente admite, tal como dice el texto pactado el año pasado, que se buscarán fórmulas para mejorar la contributividad, pero no hace explícita ninguna de ellas.

Salarios y precios

Por lo que se refiere a la moderación salarial, ahora se fundamenta en el acuerdo de rentas y precios firmado en diciembre de 2001 para evitar una escalada de costes y precios con la llegada del euro que pusiese en dificultades la recuperación económica.

En materia salarial ha funcionado razonablemente bien, pese a haberse quebrado el diálogo social. Los salarios nominales en convenios sólo han subido un 2,98%. Pero la remuneración media por asalariado y los costes laborales unitarios se han acelerado.

Sin embargo, en el balance del acuerdo que se haga en otoño los sindicatos denunciarán que únicamente ellos han cumplido su parte. Las empresas, por contra, han elevado desmesuradamente los precios aprovechando la llegada del euro, lo que ha supuesto un fuerte rebrote inflacionista pese a la desaceleración de la actividad. Por ello, según fuentes sindicales, 'la moderación salarial tiene que ser correspondida con moderación de salarios y con esfuerzos inversores para aprovecharlos conjuntamente para crear empleo'.

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