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Agricultura

Fischler impulsa un recorte del 20% de las ayudas agrícolas a partir de 2006

La Comisión Europea pretende llevar al primer encuentro sobre la revisión de la PAC, en julio, una reducción de las ayudas del 3% anual durante seis o siete años, hasta el 20%. Los agricultores temen que éste sea el primero de una sucesión de recortes para financiar la adhesión de los nuevos socios comunitarios.

Sobre Bruselas comenzaba a planear una cierta inquietud porque, contrariamente a lo habitual, no se había filtrado ninguna postura de la Comisión ante el primer encuentro sobre la revisión de la política agraria común (PAC) que se celebrará el próximo 10 de julio.

Pues bien, el comisario de Agricultura, Franz Fischler, acaba de acallar esas sospechas y de paso, sorprender a todos al filtrar a la prensa alemana el proyecto que pondrá sobre la mesa en la citada cumbre: una propuesta tendente a reducir linealmente las ayudas directas a los agricultores un 3% anual hasta alcanzar un 20%.

Sólo estarían exentos del recorte los perceptores de subvenciones inferiores a 5.000 euros anuales y el ahorro será utilizado en potenciar las actividades del denominado segundo pilar de la PAC, la incidencia en el desarrollo rural.

'Banda de los cuatro'

Como la propuesta tiene muchas garantías de éxito en tanto que, probablemente, será apoyada por la tildada banda de los cuatro (Alemania, Holanda, Suecia y el Reino Unido) y por otros países ávidos de recortar su aportación al erario comunitario, los agricultores comienzan a temer que se abra una sucesión de tijeretazos presupuestarios para engrosar las partidas que habrán de financiar la agricultura de los países candidatos a la adhesión.

La propuesta de subvencionar directamente las actividades agrarias de los nuevos socios comunitarios (un 25% el primer año y un incremento escalonado hasta llegar al 100% en 2013) fue bloqueada por la citada banda de los cuatro, por lo que este nuevo plan que lleva ahora Fischler en la cartera puede suponer una solución de consenso.

Porque a pesar de que la propuesta contempla solamente cambiar de cajón el dinero (del primero al segundo pilar), los fondos para el desarrollo rural son cofinanciados entre Bruselas y los Estados miembros (en el caso de España, también por las comunidades autónomas), lo que puede permitir una ahorro considerable (la UE aporta un 75% del capital) en relación con el actual sistema de ayudas que implica un cheque fijo cada año.

La propuesta ya ha sido duramente contestada por la patronal agraria Asaja. El colectivo abunda en que se apunta una posible reducción de los niveles de cofinanciación en los programas de desarrollo rural y sostiene que rompe el equilibrio comunitario porque países como Grecia, Portugal o Austria, por las características de las explotaciones, quedarían excluidos de esta medida, pero no del reparto posterior de los fondos.

Y que otros Estados (los ya citados Alemania, Suecia, Holanda y Reino Unido) no incrementarán su contribución al presupuesto, pero sí recibirán mayor proporción de ayudas compensatorias.

La patronal concluye con que el plan no parece acorde con las leyes de la competencia porque Estados Unidos o Canadá acaban de incrementar sus protecciones arancelarias y lanzar el temor de que tengan que ser los agricultores del sur de Europa los que sufraguen los gastos de la ampliación de la Unión Europea al este del continente.

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