Chirac impuso sus tesis sobre el derecho a veto y la política migratoria
Tras conseguir un doble triunfo electoral, el francés Jacques Chirac se anotó una victoria triple en el Consejo de Sevilla. Por un lado, logró acompañar sus Orientaciones Generales de Política Económica (GOPEs) con un documento que prácticamente exime a Francia del compromiso de eliminar el déficit público de aquí a 2004.
Por otro lado, logró que la propuesta de política común en materia de inmigración y asilo opte por la 'zanahoria' (concesión de ayudas) en lugar del 'palo' (sanciones) para conseguir la cooperación de los países originarios y de tránsito de inmigrantes irregulares.
Francia consiguió, además, que no saliera adelante la propuesta española para que el Consejo pueda adoptar orientaciones políticas por mayoría, sin que sea preciso el voto unánime. Una idea que el propio titular español de Exteriores, Josep Piqué, había calificado como 'provocativa'.
Chirac, que por primera vez en cinco años acudía a una reunión del Consejo de la UE acompañado de un primer ministro de su misma afiliación política, resumió la reunión de Sevilla diciendo que 'como en todas las cumbres, hemos dado algunos pasos hacia adelante'. El nuevo primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, pasó, sin embargo, bastante desapercibido porque Chirac optó por dar su rueda de prensa en solitario.
Las victorias de Chirac anuncian su intención de ejercer todo su protagonismo en el seno del Consejo Europeo, en el que desde principios de año se ha percibido la falta de empuje franco-alemán. Este repliegue ha sido aprovechado por el tándem Aznar-Blair para ganar protagonismo. Pero Francia concluyó este mes su larguísima batalla electoral, con un triunfo rotundo de los conservadores y en septiembre terminará la pugna electoral alemana (donde el socialdemócrata Schröder mantiene un duro pulso con el conservador Edmund Stoiber).
Chirac dejó claras sus intenciones al respecto al declarar que está 'profundamente apegado al vínculo franco-alemán, que para mí es esencial para la continuación del proyecto de construcción europea'.
Francia ya marcó la pauta en la Cumbre de Barcelona, donde impuso su tesis a favor de una liberalización 'progresiva y controlada' del mercado energético, sin compromisos sobre fechas para la liberalización del suministro a clientes domésticos.