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Acceso

El satélite se abre a Internet

Las grandes empresas de astronáutica se han centrado en el negocio de Internet. Pero no están solas. Muchos proveedores empiezan a alquilarles las redes espaciales

La quiebra y desaparición de operadoras de banda ancha terrestres parecen haberse generalizado. KPNQwest fue el último ejemplo de una larga lista. Frente a este fenómeno y aprovechando la coyuntura, las compañías que explotan las grandes constelaciones de satélites quieren hacerse con un sitio en el negocio de acceso a Internet. Inmarsat, Eutelsat, SES Global, Intelsat, Hispasat, New Skies... todas van a adaptando su tecnología hacia los servicios de la banda ancha.

Pero no están solas en este mercado. Junto a ellas, nuevos proveedores terrestres quieren disponer de estas infraestructuras espaciales para ofrecer sus propios servicios a los usuarios. Sus ejecutivos se definen como revendedores. La tendencia empieza a generalizarse en toda Europa y España no se ha quedado al margen. Ejemplo de ello son Aramiska, una firma británica que ya ha abierto su sede en España; Satlink, una compañía española de 10 años de historia pero que ahora ha renovado su oferta de la mano de Thuraya (sociedad de satélites de los Emiratos Árabes Unidos), o los propios operadores de telefonía inalámbrica LMDS como Aló 2000 o Neo, que en los últimos meses han empezado a ofrecer sus servicios a través de Hispasat (que también pactó con Retevisión) y SES Global, respectivamente.

Alternativa a los operadores terrestres

Aramiska tiene como objetivo convertirse en una alternativa a los operadores telefónicos terrestres, en especial para las pequeñas y medianas empresas y fuera de las zonas no urbanas. La firma, que ha invertido cerca de 50 millones de euros y cuenta con el respaldo del fondo de capital riesgo estadounidense Whitney & Co (tiene un 20% del capital por un 80% de los ejecutivos), ha alquilado la red de Eutelsat para atacar los mercados europeos. Primero fue el Reino Unido 'y ahora vendrán España y el resto de Europa', dice su consejero delegado, Philippe Bodard. Pese a la crisis, Bodard cree que no les faltará financiación, 'hemos pactado con los bancos nuevos créditos a medida que vayamos obteniendo resultados'.

Los objetivos de Aramiska, que cuenta con alianzas estratégicas con sociedades como la operadora belga Belgacom, el gigante de la informática Hewlett-Packard, Newtec, Alcatel (que provee gran parte de sus equipos de red) o SpaceBridge, pasan por alcanzar 2.500 clientes en Europa y 320 en España en su primer año. Aparte del propio acceso a la Red a través de una parabólica de 75 centímetros, Aramiska ofrece, entre otros, servicios de e-mail, registro de dominio, redes LAN, disponibilidad las 24 horas con tarifa plana... a un precio en torno a los 161 euros mensuales, aunque dependerá del contrato. De todas maneras, la empresa todavía busca distribuidores para comercializar sus productos.

Una empresa española con apoyo árabe

Aramiska no es la única que explota las redes espaciales. También está la española Satlink, aunque sus ejecutivos destacan que no es una compañía nueva. 'Llevamos más de 10 años operando con Inmarsat', insiste su director de marketing, Faustino Velasco. Ahora bien, en mayo pasado se convirtieron en el aliado español del proveedor de servicios vía satélite Thuraya, con sede en los Emiratos Árabes Unidos.

Esta compañía, que cuenta con el apoyo de las grandes instituciones financieras del citado país, y de proveedores como Boeing o Deutsche Telepost, es una de las grandes de la telefonía móvil vía satélite, aunque en su gama de servicios ya entran la transmisión de mensajes cortos, conexiones a ordenadores y envío de fax y datos. 'Llegamos a puntos geográficos donde no alcanza nadie', afirman sus ejecutivos. Los terminales de Thuraya emplean la tecnología GSM y tienen un precio de 1.029 euros, según sus ejecutivos, la mitad que la competencia. Hasta hoy, Thuraya ha invertido 1.181 millones de euros. Recibió 525 de sus accionistas y después realizó una emisión de deuda que fue cubierta por cuatro bancos. Entre sus próximos planes figura el lanzamiento de dos nuevos satélites, el primero en enero de 2003.

Unión del LMDS y el satélite

Las compañías de telefonía fija LMDS han buscado la manera de alcanzar antes la cobertura nacional. Y es posible que España se haya convertido en uno de los países más avanzados. Quizá los primeros fueron SES Astra y Neo, controlado por Iberdrola, que en diciembre firmaron una alianza para llevar la banda ancha a la geografía española. Ahora esta alianza parece haberse renovado tras el inicio de la fusión de Neo con SkyPoint. Frente a este pacto, Retevisión respondió con un acuerdo con Hispasat. 'Aspiramos a ofrecer servicios de banda ancha en los más de 4.000 municipios que quedan fuera de las grandes redes. Estamos negociando con confederaciones de municipios y asociaciones empresariales', dice Alex Mestre, gerente del área audiovisual de Retevisión. Y aún más lejos, Hispasat anunció en mayo una alianza con Aló 2000.

Las alianzas entre operadores terrestres y vía satélite se han generalizado. Algunos observadores señalan que con la política de estas últimas se ha abierto un frente de negocio que compite con ellas mismas. 'Al alquilar su red a un operador, una empresa como Eutelsat o Hispasat, en cuya gama de negocios también está la telefonía, se encuentra con un rival directo', afirma un ejecutivo. Quizá es que las operadoras de satélite necesiten rentabilizar su red.

Situación crítica por la huida de los accionistas

 

Problemas para algunas de las compañías de satélites. Intelsat, Inmarsat y Eutelsat han tenido que paralizar hasta el momento sus colocaciones en Bolsa por culpa de la crítica situación de los mercados, en especial para las sociedades de telecomunicaciones.

 

 

 

 

 

 

 

Inmarsat tiene aún esperanzas de poder proceder a su colocación en julio, a través de la cual obtendría cerca de 1.560 millones de euros. Pero no está claro. 'No se ha paralizado la OPV, pero esperaremos a que mejoren las condiciones de los mercados', dicen fuentes de Inmarsat en Londres. Intelsat ha buscado financiación por otra vía: obtuvo en abril un crédito de 1.050 millones de euros y ha aprobado una emisión de bonos.

 

 

 

También Eutelsat, cuya valoración estaría en torno a los 3.500 millones de euros, está en una posición difícil. Su OPV está paralizada de momento aunque Lehman Brothers, que posee cerca del 20% del capital de la sociedad, quiere seguir con la colocación. Pero lo que es peor, sus otros accionistas de referencia, Deutsche Telekom (11%), British Telecom (17%) y France Télécom (23%), quieren vender sus participaciones para reducir su deuda.

 

 

 

Estas operadoras también quieren deshacerse de sus títulos de Intelsat e Inmarsat, un paso que también va a dar Lockheed Martin, que parece dispuesta a abandonar el negocio de los servicios.

 

 

 

En este contexto, algunos analistas no descartan futuras fusiones. Desde luego, ya empieza a haber participaciones cruzadas y, quizá, el ejemplo más cercano sea el de Hispasat, donde Eutelsat ha elevado recientemente su participación al 27% y ha dado entrada a EADS-CASA con un 5%. En Hispasat también hay accionistas de referencia que no verían mal vender su participación, como Auna, que tiene en torno al 20%, y Admira (Telefónica), que posee cerca del 15%. No obstante, aún habrá que esperar la posición del Gobierno, dado que Hispasat es aún pública en un 27%.

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