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Turismo

Lufthansa logra que Alemania sea el país de entrada para el turista chino

Durante el último medio siglo los ciudadanos de la República Popular China no han estado autorizados a viajar como turistas a prácticamente ningún país del mundo. Sólo recientemente se han concedido visados por este concepto para visitar a sus vecinos en Lejano Oriente y en el sureste asiático.

La espectacular evolución de la economía en la última década, con crecimientos promedio por encima del 10%, y la consiguiente creación de una clase media nutrida que a la larga deberá estar en consonancia con su poderío demográfico, han convertido a China en el bocado más apetitoso para las industrias turísticas de los países adelantados en este sector.

La Administración española mantiene desde hace meses intensas conversaciones con las autoridades de Pekín con el objetivo de convertirse en el primer país europeo al que los ciudadanos chinos puedan acudir en calidad de turistas. Los diplomáticos encargados de este cometido han intentado convencer a sus homólogos orientales de las ventajas que tendría dar prioridad a España como primera potencia turística, a efectos de establecer una intensa colaboración en esta área.

Sin embargo, la responsable de la Oficina de Turismo china en Madrid ha confirmado que por ahora el acuerdo no está listo, y evita fijar la fecha en la que los ciudadanos de su país podrán viajar directamente en calidad de turistas a España.

El Gobierno de Pekín es cauto en la aplicación de las medidas liberalizadoras que va introduciendo en un entramado social compuesto por 1.300 millones de individuos. Y la razón de su negativa a firmar ahora el convenio turístico con España es de que acaba de llegar a un acuerdo similar con el Gobierno alemán que entrará en vigor en septiembre y quiere rodarlo para comprobar cuáles son sus consecuencias.

Conexiones

La importancia de ser el primer Estado europeo en conseguir un pacto turístico con China se ve reforzada por el hecho de que las fronteras entre miembros de la Unión Europea son francas para el resto de los países asociados. De este modo, el pionero se convierte en la puerta de entrada del resto.

Lo cierto es que el mérito del desbloqueo de las puertas de Alemania al inagotable mercado potencial de viajeros chinos no hay que adjudicárselo al Gobierno de Berlín, sino al tesón de la compañía aérea de bandera germana Lufthansa.

Presente en China desde 1975, la aerolínea ha ido tejiendo, tanto en tiempos de furia como en los de bonanza, unos estrechos vínculos con aquel país que le permiten tener hoy 27 vuelos semanales desde Alemania, que se completan con una quincena de conexiones con las principales ciudades del gigante asiático a través de acuerdos del código compartido con Air China.

Iberia

Lufthansa está llevando a cabo un programa para incorporar al servicio de cabina de sus aviones en rutas asiáticas a un millar de empleados que hablen mandarín, alemán e inglés. Además, la compañía germana cuenta con una decena de empresas mixtas en áreas de mantenimiento, cargo y comidas a bordo.

Ante este despliegue, las autoridades diplomáticas españolas se han quedado sin argumentos. Frente a las tupidas conexiones por avión entre China y Alemania, España tiene pocas alternativas que ofrecer.

Iberia, la compañía de bandera española, no realiza vuelos directos con el continente asiático y los servicios que ofrece en estas rutas se plantean a través de sus aliados en la alianza One World: British Airways y Cathay Pacific. De hecho, las dos opciones más utilizadas por los viajeros que hacen conexiones entre España y China son las que comercializan la propia Lufthansa y la compañía pública China Eastern.

30.000 españoles visitan el país más poblado cada año

 

No existen cifras fiables sobre el tráfico de viajeros entre España y China, en especial cuando se trata de viajes cuyo objetivo es la emigración. Diferentes fuentes ofrecen datos absolutamente dispares al evaluar el número de ciudadanos chinos que trabajan en España, de 20.000 a 60.000.

 

 

 

 

 

 

 

La Oficina de Negocios de Taipei en Madrid ofrece algunos datos, pero sólo referidos a los ciudadanos de la llamada China nacionalista: en España viven 2.000 ciudadanos de Taiwan y las visitas por turismo u otros conceptos rondan las 15.000 personas.

 

 

 

La Oficina de Turismo de la Embajada de la República Popular China en Madrid asegura que el año pasado fueron 30.000 los españoles que visitaron el país oriental, pero renuncia a dar cualquier dato sobre los movimientos en sentido inverso.

 

 

 

El director general de Lufthansa en España, Paulo Yoshikawa, asegura que el 43% de los pasajeros de la compañía aérea alemana que parten de los aeropuertos españoles tienen países asiáticos como destino final, muy especialmente China y Japón.

 

 

 

China Eastern, por su parte, ofrece dos días a la semana vuelos que parten de Madrid y tienen destino en Pekín y Shanghai

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