Ejecutivos libres de sospecha, al alza
Existe una crisis de gestores. Las empresas, hoy más que nunca, necesitan directivos honestos. Y, sobre todo, con un principio, se puede hacer dinero siendo honrado
Se necesita con urgencia gestores libres de toda sospecha. No es un anuncio extraído del periódico, es un llamamiento de las empresas que requieren, para no perder credibilidad en el mercado, directivos honrados y sobre los que no recaiga ninguna duda ni sombra. Es el caso de compañías, como Enron o Andersen, que desaparecen por una falta de ética entre la alta dirección. 'La gran preocupación que existe en nuestra sociedad es un problema epidémico, existe preocupación por este tipo de comportamiento', explicó Juan Antonio Briano, profesor de ética de la Escuela de Organización Industrial (EOI), donde se celebró esta semana una jornada sobre gestión ética en la empresa.
Alarmado, añadió que, según un estudio realizado en Estados Unidos, el 25% de los profesionales estaría dispuesto piratear un software o a no respetar la intimidad de los candidatos a un puesto de trabajo. 'Es increíble que esto ocurra, pero es necesario tener respeto por los valores humanos básicos, que engloban el respeto a la vida; a no hacer lo que no quieras que te hagan; respeto por las tradiciones locales, y el reconocimiento de que el contexto tiene gran importancia al decidir que es correcto y que es incorrecto', añadió durante su intervención Briano.
Según este profesor, existe una crisis de credibilidad, a pesar de que el 90% de las empresas que aparecen en la lista de la revista Fortune tiene códigos de conducta. 'Existen unas nuevas reglas para las empresas de hoy día, que se rigen por la globalización, la ecología y la preocupación por la ética'.
Para evitar que todo esto se siga expandiendo y que en posibles generaciones la falta de valores sea denominador común dentro del mundo empresarial, se hizo la siguiente pregunta, '¿enseñamos ética en las universidades y en las escuelas de negocio?'. La respuesta de Briano fue rotunda. 'Me temo que no. Hay que enseñar ética, pero además hacer pensar a la gente en términos de valores. No se puede enseñar a ser ético. Los ejecutivos que hayan trabajado y pensado sobre valores tomarán decisiones debidamente informados '.
Según un estudio elaborado por la empresa de cazatalentos Spencer Stuart, el 50% de los consejeros independientes son pasivos y rara vez se rebelan ante la autoridad máxima de la compañía. Para intentar evitar esto, en Estados Unidos acaban de aprobarse una serie de recomendaciones relacionadas con los consejeros independientes de las empresas cotizadas, como exigir al primer ejecutivo de la compañía su declaración pública de que los estados financieros reflejados en los documentos oficiales son el reflejo exacto y veraz de la situación de la compañía. También establece la necesidad de exigir la autorización de la junta general de accionistas para la aprobación de cualquier plan de compensación a directivos basado en capital de la compañía. El objetivo, en palabras del director de recursos humanos del Grupo Prisa, Rafael Cabarcos, es devolver la confianza al inversor y a los mercados. 'La eficacia empresarial se ha medido usualmente por su capacidad para sobrevivir a largo plazo, por la cuota de mercado que alcanza y mantiene, por los beneficios que logra, por el valor de sus activos, pero, en nuestro tiempo, se ha ido imponiendo una medida mucho más volátil y especulativa, como es el valor de capitalización bursátil'.
Compromiso a largo plazo
Y añadió que 'muchos expertos relacionan el comportamiento ético de la empresa con los compromisos a largo plazo que ésta es capaz de asumir'. Según Cabarcos, las empresas para tener futuro no pueden ser insolidarias con sus propios trabajadores ni con la comunidad a la que sirven. En este sentido, apuntó a que es necesario que desde los departamentos de recursos humanos de las empresas se redacten, distribuyan e implanten códigos de conducta y acciones concretas de comunicación y de formación, encaminados a conseguir un alto grado de integridad en los comportamientos de los empleados y una verdadera coherencia entre el código y la conducta. Los criterios básicos de los programas de comportamiento ético se rigen, según este ejecutivo, por el liderazgo y la visión a largo plazo. En estos momentos el 80% de los códigos éticos son elaborados desde la alta dirección; tan sólo en el 5% de los manuales participan los empleados. 'Pero, además tiene que existir cierta coherencia entre lo que se dice y lo que se hace', añadió Cabarcos.
Para José Luis Ripoll, director general de la Fundación Vodafone, cuando una situación no es muy clara y no se sabe cómo actuar, la solución pasa por hacerse una serie de preguntas. 'Cabe preguntarse, ¿soy honesto?, ¿cómo voy a sentirme después?, ¿cómo aparecería en los titulares de un periódico?, ¿soy legal? La respuesta a todo esto da la manera en la que hay que actuar'. Y señaló durante su intervención en la Escuela de Organización Industrial (EOI) que no sirve el pensar que 'nadie lo sabrá o todos lo hacen y, por tanto, podemos hacerlo sin que nadie se entere'.
Finalmente, según el abogado Juan Antonio Sagardoy, en caso de duda sobre de qué manera actuar ante una determinada situación que puede ser reprobable o polémica, como puede ser el aceptar un soborno o la extorsión, no cabe otra opción que la de 'ser honrado'. En caso de vacilación y antes de actuar, 'consultar siempre'. Luego no vale arrepentirse.
Las propinas en los recibos de taxi
El profesor de ética de la Escuela de Organización Industrial (EOI), Juan Antonio Briano, se refirió a un caso real para explicar lo que se entiende por ética. Una compañía contrata a una mujer, con buena formación, para que se ocupe de las ventas. La empresa le advierte cuando va a pasar los gastos que no es política de la empresa pagar propinas, pero que tiene la posibilidad de camuflar las propinas pidiendo a los taxistas que le den los tickets en blanco y añadir ella el importe de las propinas. ¿Qué hacer?
Juan Antonio Sagardoy :'Es rentable ser honrado'
En las empresas y en la sociedad en general son necesarios unos pilares basados en los valores y en comportamientos intachables. 'Sin ética no vamos a ninguna parte'. Son palabras del abogado y socio director del bufete Sagardoy, Juan Antonio Sagardoy, quien señaló que cumplir la ley es ético. Y distinguió entre ética personal y profesional.
'No se trata de la misma ética. En las empresas todo es una jungla, hay que ser competitivo, colgar la moral y aplicar la de los negocios. Eso es un fiasco'.
Según Sagardoy, la ética es igual para todos. Como ejemplo, señaló la postura de un arquitecto al que el constructor para el que trabaja le pide que eche sólo una mano de cemento porque sale más barato. '¿Qué hace el arquitecto, obedece a sabiendas de que la obra que va a hacer necesita más cemento o se niega?'.
Para Sagardoy, prevaricar y mentir lleva a la corrupción de la sociedad y lleva a la ruina. 'Es bueno que existan códigos de conducta, pero para que las personas que están al frente de esas compañías se lo crean. Valen poco esos códigos si las personas que deben regir ese código no son éticas', asegura. En resumen, el código ético no es el escrito, sino el que dice que hay que ganar dinero con honradez.
Rafael Cabarcos : 'Vivimos una crisis de gestores'
En opinión del director de recursos humanos del Grupo Prisa, Rafael Cabarcos, estamos viviendo una crisis de gestores y una crisis de confianza. Como ejemplo, añadió los casos Enron, Tyco o Deutsche Telekom. A la vista de los recientes escándalos que salpican a la alta dirección de las compañías, añadió que es necesario preguntarse qué está ocurriendo.
El gestor, explicó Cabarcos, es una persona que cuenta con amplia delegación de facultades, de poderes y al que los accionistas le entregan su confianza para que administre unos recursos y al que se le pide no ya que sepa extraer la rentabilidad adecuada o que genere riqueza para la sociedad, sino que, al menos, maneje con dignidad, honestidad y con sus mejores capacidades, estos recursos. '¿Para qué estamos los gestores?, ¿volvemos a la discusión de los noventa de la creación de valor para el accionista?, ¿volvemos a cuestionar al gestor del pelotazo?'. Después de lanzar estas preguntas, señaló que 'el camino de la responsabilidad ética es un camino de esfuerzo, de constancia, de vigilancia y, especialmente, de transparencia'.
Cabarcos resaltó durante su conferencia en la Escuela de Organización Industrial (EOI) la importancia de la responsabilidad individual en la empresa frente 'al mutismo y la subordinación que dominan los consejos de administración, con profesionales pasivos'.
Javier Fernández Aguado: 'Hay una obsesión por ser rico'
No estamos viviendo, según explicó Javier Fernández, consultor de recursos humanos de Deloitte Consulting y profesor en temas de liderazgo, el peor momento en cuanto a falta de ética dentro de las empresas. 'Ya en el año 73 antes de Cristo, un empresario montó una compañía de incendiarios, otra de bomberos y una inmobiliaria. No era un empresario muy ético'.
Para Fernández es necesario recuperar la ética y olvidarnos del excesivo materialismo que nos hace olvidar ciertos valores. 'El objetivo de una empresa no es sólo ganar dinero, sino crear las condiciones necesarias de posibilidad de la vida honorable de las personas'.
En opinión de este consultor, el problema grave de la ética es que se entiende como un 'quitaplaceres'. Y muy pocos saben que se trata de la ciencia 'que nos puede ayudar por nosotros mismos, que nos permite mirarnos cara a cara'.
Según Fernández, 'ganar dinero es fundamental, pero hay que crear valor de perspectiva'. Aseguró que existe una obsesión por ser rico y que es necesario implantar una dirección por hábitos, que se desarrolle una dirección por roles, en la que se profundice en la creación de valores. 'Hay que ser prudente y estudiar latín, sino no se entenderá lo que significa la prudencia, que es gestionar con vista a largo plazo', añadió.