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Declaraciones

ACS descarta que la fusión con Dragados se produzca este año

Florentino Pérez se presentó ayer ante sus accionistas con los deberes hechos. Con los títulos subiendo y, sobre todo, con el control de Dragados bajo el brazo.

La compra del 23,9% de esta constructora al Santander coloca a ACS en una posición inimaginable hace tan sólo unos pocos meses. La fusión de ambas empresas daría como resultado el grupo líder del sector en España. Y fue esta hipotética operación la que polarizó la junta de ayer.

De entrada, el presidente de ACS descartó que la fusión se produzca este año. No obstante, la dejó viva para más adelante. Pérez explicó, en unas declaraciones posteriores a la junta de accionistas, que a largo plazo habrá que estudiar la evolución del sector y de las demás empresas antes de tomar una decisión definitiva.

En su opinión, la compra de esa participación de Dragados es muy positiva para ACS, porque la parte proporcional de los beneficios de su competidora que podrá contabilizar en sus cuentas compensará los gastos financieros de la operación y la amortización del fondo de comercio.

Y remachó: 'Es la mejor operación que podíamos hacer a corto y medio plazo'. Desde que se anunció la adquisición al Santander, a mediados de abril, los títulos de Dragados se han revalorizado en torno al 35%, en tanto que los de ACS lo han hecho un 13%.

A continuación, Florentino Pérez ofreció una previsión de lo que será este ejercicio para la compañía que preside. De acuerdo con sus estimaciones, los beneficios de ACS aumentarán un 25%, en tanto que la facturación lo hará un 15%. Durante los cuatro primeros meses del año, la facturación de la compañía ha aumentado un 16% y el beneficio neto, un 30,4%.

El año pasado, el grupo constructor ganó 150 millones, facturó 3.900 y cerró el ejercicio con unos fondos propios de 900 millones. A 31 de diciembre de 2001, la plantilla de ACS ascendía a 30.000 personas. La junta aprobó el reparto de un dividendo con cargo a ese ejercicio de 0,60 euros por acción.

La única sombra que hay en el horizonte de ACS es su inversión en el sector de las telecomunicaciones, es decir, en Xfera. A pesar de que esta empresa está absolutamente bloqueada, Florentino Pérez aseguró que 'estamos encantados' de tener una licencia de telefonía móvil UMTS, a través de su participación del 20% en el capital de Xfera.

En declaraciones posteriores a la junta, el presidente de ACS añadió que todos los accionistas del consorcio también están satisfechos con su participación, aunque con la 'resignación' que supone no poder salir al mercado.

Participada por ACS, FCC-Vivendi, Sonera, Mercapital, Acesa, Mannesmann y Ahorro Corporación, Xfera es la única de las cuatro compañías con licencia de UMTS (telefonía móvil de tercera generación) que no tiene ninguna otra, por lo que, al contrario de lo que le sucede a Telefónica Móviles, Vodafone España y Amena, no puede salir al mercado hasta que esté disponible esta nueva tecnología.

Una reordenación en marcha

 

Construcción e inmobiliario están siendo los dos sectores más movidos en los primeros meses del presente ejercicio. Al margen de la entrada de ACS en Dragados, se ha producido la venta de los paquetes de control de Vallehermoso o Metrovacesa, por parte del SCH y del BBVA respectivamente, así como la reordenación de los acuerdos suscritos entre Esther Koplowitz y Vivendi para controlar Fomento de Construcciones y Contratas (FCC).

 

 

 

 

 

 

 

Estas operaciones han puesto un cierto orden y han empezado a clarificados sectores, en especial el constructor, sobre los que había multitud de especulaciones. La unión de ACS y Dragados, movimiento por el que apuestan todos los analistas, crearía el líder destacado del sector, con un volumen notable para moverse por los mercados internacionales con holgura. Además, la operación resuelve de un plumazo todas las incógnitas que se cernían sobre ambas compañías y traslada las incógnitas a terceros.

 

 

 

Uno de los que ha comenzado a despejaras es Fomento, con la reformulación del pacto de sus dos principales accionistas. Una de las consecuencias del nuevo pacto es retomar la apuesta decidida por los negocios tradicionales del grupo, como la construcción y lo servicios.

 

 

 

Con este nuevo panorama, parece improbable que FCC se embarque en una operación de concentración en España, lo cual le ha valido, al menos momentáneamente, el castigo de los mercados.

 

 

 

Todas las miradas se dirigen ahora hacia Ferrovial, propiedad de la familia Del Pino, y Acciona, controlada por la familia Entrecanales, los otros dos grandes grupos constructores nacionales. Ambos cuentan en la actualidad con una notable liquidez. ¿Moverán ficha?

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