_
_
_
_
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Dólar débil y Bolsas a la baja

El euro marcó ayer su máximo de cotización frente al dólar desde enero de 2001. El cambio alcanzado durante la mañana, de 0,9751 euros por dólar, representa una apreciación relativa de la moneda europea del 7,6% en lo que va de año. Los analistas dan por hecho que la Administración del presidente Bush, sin hacer renuncia pública a su agotada política de dólar fuerte, apuesta decididamente por una devaluación de la divisa estadounidense de entre el 20% y el 25% en un plazo de seis meses a un año. De la velocidad de esa caída depende ahora la distorsión convulsiva o el ajuste gradual de los mercados.

Las Bolsas europeas abrieron ayer con fuertes caídas, del 2% como media, que daban la espalda al fuerte rebote técnico de dos días antes. El Ibex ha perdido en cinco meses y medio el doble que en todo el año pasado. El desencadenante del descenso han sido otra vez los avances de beneficios, peores de lo esperado, de varias multinacionales tecnológicas, con IBM, Apple, AMD y Oracle a la cabeza. Los inversores han agotado el optimismo después de 26 meses de Bolsas bajistas. El PER de Wall Street sigue siendo exageradamente alto, 27 veces de media, aunque algunos elevan la relación a 40 si la contabilidad se depurara de todas las concesiones, vía amortizaciones y otros mecanismos, arbitradas tras los atentados del 11-S.

En Europa, especialmente en España, la relación es mucho más ventajosa para los inversores, pero con la crisis latinoamericana abierta y la recuperación económica apoyada en interrogantes, las posiciones defensivas se imponen a las decisiones. A la situación no ayudan las intenciones de Francia de imponer a la UE una relajación del Pacto de Estabilidad, concretada en condicionar y retrasar en el tiempo el objetivo de equilibrio presupuestario. Europa combina un más que discreto crecimiento con una ausencia de voluntad política para llevar a cabo los compromisos adquiridos. A ello se unen los problemas crecientes para la ampliación de la UE, por el rechazo a aprobar el presupuesto necesario, lo cual va a aplazar el ensanchamiento del mercado único.

La caída del dólar producirá alteraciones en los flujos de capitales (400.000 millones de dólares al año) que acuden a Estados Unidos por las mejores expectativas de rentabilidad y la prima añadida del valor de cambio. Con ello, la economía estadounidense logra financiar su insostenible déficit por cuenta corriente del 4% del PIB. Ahora las empresas de Estados Unidos necesitan recuperar las exportaciones y las finanzas públicas remendar el déficit. Pero ese dólar bajo que se ha convertido en prioritario tiene un efecto negativo en la cotización de las Bolsas, cuyos descensos contribuyen a su vez a la depreciación de la divisa. Esa interactividad actúa como un lastre para los mercados, cuyas pérdidas, por su impacto en el ahorro de las familias, están empezando a perjudicar el consumo y añaden más dudas a la fortaleza de la recuperación.

Archivado En

_
_