El mundo del arte en EE UU pasa a estar bajo la lupa

Dicen sus colaboradores que Robert Morgenthau, el fiscal del distrito de Manhattan, hay días que llega a la oficina con calcetines o zapatos desparejados y que a veces se queda absorto (o dormido) en público. También dicen que a sus 82 años y tras 27 en el puesto que ocupa no está cansado de su trabajo, en el que cree profundamente y para el que derrocha entusiasmo.
La semana pasada acusó a uno de los empresarios mejor pagados del país, Dennis Kozlowski, presidente y consejero delegado de Tyco, de evadir un millón de dólares en impuestos al no pagar los correspondientes por la compra de obras de arte a la ciudad de Nueva York. El 8,25% de estos tributos debe abonarse cuando se ejecuta la compra dentro del Estado y la ciudad o el bien adquirido se queda dentro de sus fronteras. Morgenthau dice que con un déficit de 5.000 millones de dólares, la ciudad debe ser 'intolerante' con este delito.
El fiscal ha asegurado que sus investigaciones, que empezaron por unas sospechas de lavado de dinero, no se acaban en Kozlowski, y los marchantes de arte han notado cómo se estrecha el cerco sobre sus actividades. Morgenthau ya ha dicho que la investigación sólo está en una fase inicial.
Y es que según declaraciones del presidente de la Sociedad Americana de Tasación, Victor Wiener, recogidas por The Wall Street Journal, 'la evasión fiscal en el mundo del arte está enormemente extendida. La mayoría de los marchantes se acomoda a los deseos de los grandes coleccionistas para mantenerlos como clientes'. ¿Cómo? Pues como se hizo con el presidente de Tyco.
Los marchantes que vendían a Kozlowski cuadros de Monet y Renoir, entre otros, enviaban cajas vacías a la sede de Tyco en New Hampshire, un Estado en el que no hay impuestos a la compra. Mientras, en la casa que el empresario tiene en la Quinta Avenida de Manhattan se recibían las piezas.
Un intermediario privado de Nueva York identificado como Apsis, vendió un Monet a Kozlowski por 3,95 millones de dólares, pero no cargó los impuestos porque los cuadros iban a ser enviados a New Hampshire. El cuadro estaba en la casa de Kozlowski a dos manzanas de la oficina de Apsis. Este tipo de entrega ficticia está bien diseñada para las compras de arte por parte de los millonarios que tienen casas en varios Estados.
Aunque en el escrito de la acusación no se nombra ninguna empresa, se sabe que la investigación de Morgenthau se centra ahora en una pequeña firma consultora de arte, Fine Collections Management, con sede en Florida, que actuó como intermediaria en el caso Kozlowski y a la que se puede acusar de conspiración para evadir impuestos. En ese mismo barco están la galería londinense Richard Green Gallery y el transportista Southern Trucking.
Las referencias de Morgenthau sobre lo serio de su investigación, el efecto ejemplarizante y su reputación como implacable defensor de las leyes han puesto en guardia al mundo del arte. Sin embargo, algunos intermediarios que dicen que perdían clientes por no aceptar sus deseos se muestran aliviados. Ahora pueden afirmar que no es posible para ellos ayudar a defraudar porque están bajo una lupa.