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Gratificación

La eléctrica premió a sus ejecutivos con 721 millones antes de la quiebra

Enron es un caso de libro en el que se siguen escribiendo escandalosos capítulos. La nueva dirección de la compañía tenía previsto ayer, según The Wall Street Journal, aportar al juzgado neoyorquino que supervisa la suspensión de pagos de la empresa un informe en el que se detalla que durante 2001 un total de 140 ejecutivos recibió pagas de compensación por valor de 681 millones de dólares (unos 721 millones de euros) en metálico y acciones.

Todo ello ocurría mientras los títulos en Bolsa iniciaban su camino descendente y la empresa se embarcaba en el año del escándalo, que se reveló con toda su intensidad a partir del tercer trimestre a los sorprendidos trabajadores, inversores y público en general. Según los documentos en poder del juez Arthur Gonzalez, el presidente de la empresa, Kenneth Lay recibió, al menos, 67,4 millones de dólares (71,44 millones de euros) en compensaciones.

Esta es una parte que le fue abonada a este directivo, quien confesó en su comparecencia en el Congreso que no entendía nada de lo que le había pasado a la empresa. A esta cantidad hay que sumar, entre otras cosas, los 70 millones en préstamos blandos que recibió de la empresa ese mismo año.

Opciones

Por lo informado hasta ahora a la SEC (el regulador de los mercados en EE UU), Lay cobró en 2000, según lo que se estipula en su contrato, 1,38 millones de euros y un bonus de 7,42 millones más. Según su portavoz, estos últimos pagos, a los que se hace referencia en la nueva documentación, no se pudieron realizar en su mayor parte porque eran opciones sobre acciones.

Otro de los beneficiados por estas compensaciones fue el director financiero de la compañía, Andrew Fastow, también conocido por ser el diseñador de la arquitectura financiera que llevó a la empresa a la ruina. Fastow se hizo con 5,94 millones de estas compensaciones, aunque en el caso de este ejecutivo esta cantidad palidece al lado de los casi 40 millones de dólares que ganó desde 1999 gracias a las transacciones que realizó a título personal con algunas de las sociedades que creaba para mantener fuera de los libros y ocultar deudas y pérdidas de Enron.

Otro de los ejecutivos, el consejero delegado, Jeffrey Skilling, recibió 40 millones de dólares cuando dejó la compañía en agosto por motivos personales.

Las cifras que se manejan contrastan con las de los 4.600 trabajadores que fueron despedidos poco después de instar la suspensión de pagos y que, además de perder la mayor parte de sus pensiones (invertidas en acciones de la empresa), recibieron 13.500 dólares como terminación del contrato. En la cesta de agravios figuran 100 millones de dólares más que Enron abonó a algunos empleados de su filial de intermediación para retenerles en sus puestos.

Pero además de estas revelaciones que han ampliado el agravio comparativo entre trabajadores y directivos, los documentos hechos públicos muestran que 90 días antes de la solicitud de suspensión de pagos Enron hizo pagos a créditos y otras instituciones por valor de 32.000 millones de dólares. Estas transacciones serán revisadas por la larga lista de acreedores.

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