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Consideración

La reforma fiscal tan sólo compensa el IPC, según el Círculo de Empresarios

Un simple retoque. Así es como califica el Círculo de Empresarios la reforma del IRPF prevista por el Gobierno que entrará en vigor en 2003.

En su opinión, la rebaja de tipos (el marginal máximo pasará del 48% al 45% y el mínimo, del 18% al 15%) va en buena dirección, pero es muy tímida. Tanto es así, que a duras penas servirá para compensar la subida acumulada de los precios desde la reforma anterior (la que entró en vigor en 1999) y que no se ha corregido en el impuesto. El presidente del Círculo, Manuel Azpilicueta, indicó ayer que incluso para un determinado tramo de contribuyentes, los que tienen una renta anual entre 27.000 y 80.500 euros, la rebaja no llega para compensar el efecto inflación. En este caso (ver gráfico), advierte que una simple deflación de la tarifa en función de la variación acumulada de los precios tendría efectos mayores que la 'reforma' que ahora se propone.

El Círculo de Empresarios sugiere ir más allá, con una reducción del tipo máximo hasta situarse en el entorno del tipo general del impuesto de sociedades (35%). La organización propone la eliminación del impuesto del patrimonio o, en su caso, establecer un máximo conjunto, del 40%, para IRPF y patrimonio. El Círculo propone también una mayor neutralidad en todos los instrumentos del ahorro, que englobe al tratamiento de los dividendos y de las prestaciones por planes de pensiones.

Respecto al alquiler de vivienda, considera que los incentivos introducidos no servirán para aumentar el parque de inmuebles en alquiler. 'La verdadera reforma pasa por la modificación de la actual ley de arrendamientos urbanos por el Gobierno y por la oferta de más suelo por parte de los ayuntamientos, en vez de meros parches fiscales', advirtió ayer el presidente del Comité de Política Económica del Círculo, Fernando Eguidazu.

El Círculo se muestra crítico también por el sistema de retenciones al que están obligadas las empresas, que en su opinión no sirve para que los trabajadores sepan la cuantía de tributos que pagan. Eguidazu resalta que si un asalariado medio sumara los impuestos y cotizaciones que paga a lo largo de un ejercicio, comprobaría que casi la mitad se va en ello. 'Este asalariado está trabajando gratis para el Estado hasta el 21 de junio de cada año y sólo a partir de entonces empieza a trabajar para sí mismo', añade.

Para que el contribuyente sea más consciente de lo que paga y exija más eficiencia en el gasto público, el Círculo propone que todas las cotizaciones sociales (incluidas las que abona la empresa) y los impuestos sean abonados por los propios trabajadores.

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Inflación, empleo y política fiscal

Víctor Gonzalo y Alejandro Inurrieta

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