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Retrato
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Un viaje de negocios de ida y vuelta

Dejó la antigua Airtel en 1998 para convertirse en el primer español que presidió la división ibérica de Microsoft. Cuatro años después, vuelve como director de operaciones a Vodafone y los rumores apuntan a que será consejero delegado en breve

La vida laboral de Francisco Román, ingeniero de Telecomunicaciones de 47 años, ha estado ligada a las nuevas tecnologías, aunque ha habido malas lenguas que han intentado poner un borrón en su currículum sugiriendo que nunca había tenido un ordenador personal hasta que llegó a Microsoft en 1998. 'No es cierto. Lo que suelo contar es que cuando entré en Microsoft decidí actualizar todas las aplicaciones de mi ordenador y descubrí las maravillas del sistema operativo Windows que desconocía hasta ese momento'. El nuevo director de operaciones de Vodafone, nombrado apenas hace dos semanas, vuelve para ocupar el cargo que dejó hace cuatro años, pero, al parecer, por poco tiempo. Y es que los rumores apuntan a que será el sustituto del actual consejero delegado, John de Wit, que podría dejar el cargo por razones personales.

De hecho, Román ya estuvo a punto de ser consejero delegado de la antigua Airtel, cuando fue adjudicada la segunda licencia de telefonía móvil en octubre de 1995. El consorcio adjudicatario (cuyos accionistas eran Banco Santander, el BCH, las cajas de ahorro Cajastur, Unicaja, Kutxa, BBK y Caixa Catalunya, las eléctricas Endesa y Fenosa, la compañía de móviles estadounidense Airtouch, la operadora británica BT, Acciona, Corporación Alba y Juan Abelló) alcanzó un primer acuerdo entre sus accionistas por el que el Banco Santander designaría al presidente y Airtouch al consejero delegado. Román era el hombre elegido para este último cargo, pero la salida del accionariado del Banco de Santander frustró el acuerdo y provocó uno nuevo, en el que Román quedó relegado a jefe de operaciones. Entretanto, Eduardo Serra e Ignacio Sánchez Galán fueron nombrados presidente y consejero delegado.

En los tres años que duró su relación con Airtel, Román se encargó en primer lugar de la puesta en marcha del servicio y posteriormente del diseño, construcción, operación, mantenimiento, calidad de la red GSM y de la evolución de la estrategia de I+D. Pero a Román no pareció sentarle demasiado bien el cambio de planes y fichó por Microsoft convirtiéndose en el primer director general nacido en España de la división ibérica del gigante informático. En los primeros días tuvo que lidiar con dos reses de aúpa, como la agresiva acción judicial emprendida en Estados Unidos contra Microsoft por prácticas contra la competencia y el lanzamiento del nuevo sistema operativo Windows 98 en nuestro país. Sin embargo, Román tenía las ideas claras desde que llegó a la compañía presidida por Bill Gates: 'Todo va tan deprisa que empresas como la nuestra siempre están al borde del abismo y no es extraño que nadie se acuerde de alguna cuando fue líder de su sector sólo 10 años atrás. Por eso creo que hay que intentar poner medidas para evitar los dos riesgos fundamentales para nuestro negocio: que la compañía pierda sensibilidad frente al cliente y no innovar lo suficiente. Por eso estamos obligados a ver el mundo como lo ven nuestros usuarios y a asegurar unas inversiones de 2.409 millones de euros en I+D'. En una entrevista realizada en aquellos días, el entonces director general de Microsoft Ibérica revelaba que había tenido muchas ofertas cuando dejó Airtel y que se decantó por Microsoft 'porque me pareció muy especial, ya que está en la frontera entre tecnología y mercado, siempre en vanguardia, centrada en productos de excelencia, muy abierta y dinámica'. Pero, por encima de todo, Román valoraba el entorno de confianza existente 'en el que se tolera el error y el cambio de ideas es frecuente'.

Cuatro año después cierra por fin su viaje de negocios de ida y vuelta. La compañía anunció hace tan sólo unos días que Román -le gusta que le llamen Paco a secas-, amante de la música clásica y de Santander como ciudad para vivir, volvía como director de operaciones a Vodafone España. Y no quiso hacer ninguna valoración sobre las especulaciones que apuntaban a la interinidad del nuevo cargo hasta que releve al actual consejero delegado, John de Wit. Sin embargo, el escenario en el que va a tener que moverse no es el más adecuado para grandes gestas: hace pocos días, el grupo anunció las mayores pérdidas de una empresa en un ejercicio fiscal durante la historia de la economía británica (más de 22.000 millones de euros) como consecuencia de la depreciación de distintas compañías que adquirió durante el boom del sector (la mexicana Lusacell, la japonesa Japan Telecom, la francesa Cegetel y China Mobile) y los costes aún no amortizados de la infraestructura para la telefonía de tercera generación (UMTS).

A pesar de ello, Vodafone ha sido el primero de los tres operadores de telefonía móvil que hay en nuestro país que se ha atrevido a ponerle fecha al despegue de la telefonía multimedia (UMTS): el pasado 1 de junio de 2002. Ese día comenzó a operar en pruebas en grandes localidades mediante prototipos de teléfonos. Ahora quizá Román encuentre en Vodafone nuevos aires que le sirvan para cambiar su manera de ver el mundo, al igual que le ocurrió a Hans Castorp, protagonista de La montaña mágica, una de sus novelas preferidas.

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