Más allá del rebote técnico
Sorprenden, cuando menos, las alocuciones de los agitadores más famosos, al insistir en que el movimiento actual de los mercados entra dentro de lo previsto y que no se ajusta aún al cambio de tendencia a la baja. Fase final del movimiento lateral, dicen.
Viene a cuento este fenómeno, porque explica muy bien lo que sucede en la actual coyuntura. Destaca, principalmente, la falta de liquidez, una vez que la mayor parte de los que actúan en los mercados, bien por iniciativa propia, bien por indicaciones de terceros, están atrapados en precios sensiblemente más altos.
Por eso, nadie quiere mentar la bicha de la depresión bursátil. Lo importante es eliminar del léxico el término caída y se inventan palabros como el del movimiento lateral, que no significa nada salvo aburrimiento. Y eso, precisamente, no es de lo que escasea en las últimas semanas.
Los avestruces esconden la cabeza bajo la arena al ver a su enemigo. La mayor parte de los analistas hacen lo mismo con las cosas de la Bolsa. No es la mejor política, dicen los expertos. Se trata de coger el toro por los cuernos.
El morlaco que tiene que torear la Bolsa española es difícil. Embiste con malos resultados empresariales, por un lado, y con las referencias, cada vez más pesimistas de Latinoamérica, por otro. ¿Qué cabe esperar ante faena tan espantosa?
Los analistas más fríos se resisten a poner puertas al campo, que es lo mismo que decir que a establecer puntos de referencia. La sensación es que los recortes de las últimas semanas tampoco han despertado el apetito comprador.
La recomendación de los expertos es que conviene mirar más lejos de lo que es el rebote técnico, flor de un día, porque los males de antaño son los de hoy. No hay cambios radicales en el entramado bursátil.