Rolls Royce ultima su entrada en el primer grupo aeronáutico español
Rolls Royce no quiere perder el vuelo para participar en el capital del primer grupo aeronáutico español, que factura 700 millones de euros. La compañía ha reaccionado con rapidez ante el movimiento realizado por Sener, la SEPI y Gamesa, que anunciaron hace dos meses la aportación de sus activos aeronáuticos, el 53% de ITP y el 100% de Gamesa Aeronáutica, a una sociedad de nueva creación. La operación, que en principio se diseñó sin contar con Rolls Royce, accionista de ITP con un 47% del capital, está ahora siendo redefinida y supondrá una profunda modificación del acuerdo inicial firmado por los promotores del primer grupo aeronáutico español.
La participación de la multinacional británica también provocará una reordenación de las participaciones asignadas en el reparto inicial. Igualmente supondrá rediseñar el proyecto inicial de salida a Bolsa previsto para los primeros meses del próximo año.
Las conversaciones se han acelerado estos últimos 15 días, según fuentes cercanas a la negociación. El acuerdo, aseguran las mismas fuentes, se podría cerrar en breve, aunque faltan todavía algunos flecos para pactar la participación definitiva de Rolls Royce.
La entrada de la multinacional británica está previsto que se instrumente, en principio, mediante la aportación de su 47% del capital de ITP. Esta parte había quedado fuera del acuerdo sellado entre Sener, SEPI y Gamesa Corporación Tecnológica.
Mayoría española
La participación de Rolls Royce en la sociedad cabecera resultante de la integración de ITP y Gamesa Aeronáutica no supondrá, sin embargo, una pérdida de la mayoría del capital por parte de los accionistas españoles. Su aportación de activos, es decir su 47% de ITP, no le daría a Rolls Royce más del 25% del accionariado del nuevo grupo aeronáutico. Por contra, Sener, SEPI y los accionistas de referencia de Gamesa (Corporación IBV y Nefinsa, fundamentalmente) mantendrían la mayoría, a pesar de la prevista oferta pública de venta de acciones que desembocará en su salida al mercado de valores el próximo año.
El boceto está hecho pero falta ahora, tras la entrada en escena de Rolls Royce, rematar el cuadro y realizar el dibujo definitivo de lo que será el primer grupo aeronáutico español. Esta sociedad nace con una facturación de 700 millones de euros, una plantilla superior a los 3.000 trabajadores y con participación en más de un decena de empresas relacionadas con la construcción de componentes para aviones (alas y fuselajes) y turbinas que posteriormente se equipan en los motores de los aviones.
La creación de Newco permitirá a Gamesa desprenderse de su actividad aeronáutica y centrarse en el negocio eólico. El compromiso adquirido cuando se anunció la creación de Newco es que su participación inicial del 59% sería posteriormente distribuida entre sus accionistas como dividendo en especie, en una operación previa a su cotización en Bolsa.
El Deutsche Bank y ABN Amro, contratados para realizar una valoración de las aportaciones de SEPI, Sener y Gamesa a Newco, y emitir una opinión para fijar el reparto accionarial, deberán redefinir sus planteamientos iniciales. Algunas fuentes situaban el valor de la nueva compañía por encima de los 1.000 millones de euros.
Perfilar los equipos
A la vez que se perfila la entrada de Rolls Royce en el nuevo grupo se está cerrando el acuerdo para nombrar el nuevo consejero delegado en ITP, un puesto que está vacante desde hace dos meses tras anunciar su dimisión Joaquín Coello.
Fuentes consultadas afirman que el primer ejecutivo de Industria de Turbo Propulsores procederá de la actual estructura. Así los nombres de Amadeo Torres, director de la fábrica de Zamudio y Carlos Olabe, responsable de Preciscast, una de las filiales de ITP, son los principales candidatos para sustituir a Joaquín Coello.
También se deberá consensuar el ejecutivo que deberá pilotar la integración.
Una buena relación de negocio con la multinacional británica
Rolls Royce es, además de accionista, uno de los clientes de referencia de Industria de Turbo Propulsores (ITP). La multinacional británica, impulsora de la creación de la sociedad a finales de los ochenta junto con Sener, la sociedad pública
Bazan, hoy integrada en Izar, y el BBV, mantiene fuertes lazos comerciales con la compañía radicada en Zamudio (Vizcaya).
ITP cerró a finales del pasado año un acuerdo con Rolls Royce para convertirse en el tecnólogo y fabricante exclusivo de turbinas de baja presión de motores para aviones de más de 200 pasajeros. Este contrato le reportará unos ingresos totales, en los 30 años de vida de este motor, de 10.000 millones de euros. Además, se encargará de la fabricación de los revestimientos y componentes externos del motor del avión militar de transporte Airbus A-400 M, un proyecto en el que participan Rolls Royce, Fiat Avio, la alemana MTU, la francesa Snecma Moteurs y Techspace.
Pero el negocio de ITP no procede sólo de sus contratos con Rolls. Su negocio se extiende al ámbito de los motores militares y al de mantenimiento de motores. También trabaja para las multinacionales Honeywell y General Electric y es una de las referencias en el proyecto Eurofighter (el avión de combate europeo).
Por su parte, Gamesa Aeronáutica, la otra pata del nuevo grupo aeronáutico español, está bien situada en el campo de la fabricación de piezas y conjuntos para el mercado de aviones regionales con una capacidad para menos de 100 pasajeros. Así tiene en curso contratos de suministro de alas y partes del fuselaje para las aeronaves fabricadas por la compañía brasileña Embraer y la canadiense Bombardier. Igualmente está presente en el segmento de helicópteros con los pedidos de la firma estadounidense Sikorsky. También participa en la construcción del nuevo Airbus A-380.