La tensión entre Iberia y el Sepla se acentúa con un expediente a 14 pilotos
El Sepla asegura que estas medidas disciplinarias se deben a que los pilotos se han negado a incumplir el convenio colectivo, como pretende la compañía.
La tensión permanente que rige la relación entre Iberia y parte de sus pilotos ha crecido en las últimas semanas. El último capítulo de esta larga crisis se produjo el pasado 21 de mayo. En esa fecha la compañía inició la apertura de expedientes a 14 pilotos por lo que considera incumplimientos en sus funciones al negarse a aceptar cambios en la programación de los servicios en algunas líneas. Estos expedientes conllevan sanciones de empleo y sueldo.
El Sepla califica la medida de provocación y explica 'que Iberia reacciona de esta forma ante la negativa de estos pilotos a incumplir su convenio colectivo. El convenio establece claramente que la compañía no puede modificar las líneas y aun así pide a los pilotos que se salten su propio convenio'.
Iberia replica que no hay tal incumplimiento de convenio por la empresa, simplemente una dejación de sus funciones por parte de estos trabajadores. Iberia explica que uno de los sancionados es un piloto que tenía que volar al aeropuerto de París-Orly y que, tras decretarse el cierre de las operaciones en este aeródromo, se negó a desviar su ruta a París- Charles de Gaulle amparándose en el convenio. Otro de los expedientados es un piloto que voló hasta Buenos Aires tras detectar la caída de una pequeña parte del fuselaje. El piloto, según Iberia, quitó importancia al incidente en acta interna, pero realizó un informe alarmante del mismo suceso ante Aviación Civil. La empresa decidió abrir una investigación sobre el suceso y ha suspendido de sus funciones al piloto a la espera de las conclusiones de la misma.
Los expedientes, según aseguran en el Sepla, son la guinda que ha venido a culminar un año de enfrentamientos continuos por la interpretación del convenio y del laudo que puso fin a las huelgas del año pasado. Aunque nadie en el sindicato quiere hablar de la posibilidad de plantear abiertamente una huelga en estos momentos, todo apunta a que la situación no se relaja de inmediato, los pilotos valorarán la posibilidad de entablar alguna acción de fuerza. Iberia, por su parte, le quita hierro a la situación y ha eludido entrar en polémicas adicionales con la actual dirección del sindicato.
La apertura de expedientes se produce después de que la asamblea del Sepla ratificara la decisión de su junta rectora de expulsar del sindicato a los siete miembros de la dirección de operaciones de Iberia que 'alegaron en julio del pasado año la falta de seguridad en los vuelos', esgrimida por el presidente de la compañía para ordenar el cese de las operaciones de la empresa. Esos tripulantes han recurrido a la justicia contra la decisión del sindicato.
Además, como consecuencia del boicot que el Sepla ha entablado contra la actual dirección de operaciones, la compañía, ante la incapacidad de encontrar pilotos que cubran los puesto vacantes, ha ofrecido una serie de contratos con mayor retribución que ya han aceptado varios de ellos. Este movimiento ha enfurecido a la sección sindical, que ha decidido denunciar los contratos en los tribunales y exigir por vía judicial la lista de los pilotos que han firmado para iniciar otro proceso de expulsión del sindicato.
Fuentes cercanas al conflicto reconocen que estos acontecimientos han enrarecido el ambiente en la empresa. 'Después del laudo se comenzó a vivir un cierto periodo de tranquilidad, pero el hecho de que haya diferencias irreconciliables entre determinados miembros de la sección sindical y el equipo ejecutivo de Iberia hace imposible que las diferencias de interpretación del convenio se resuelvan de forma ordenada', señalan.
Además, en su opinión, 'la comisión de resolución de conflictos que creó el laudo está funcionando relativamente bien; pero es muy difícil llegar a acuerdos cuando las dos partes no paran de provocarse y de encontrar excusas para enfrentarse abiertamente'. Los medios consultados aseguran que los problemas actuales son de tal escaso calado que serían rápidamente solucionables en una empresa en la que reinase la paz laboral.
La acción sube el 62% desde la OPV
Iberia celebra hoy su junta ordinaria de accionistas, 14 meses después de su debut en Bolsa. La aerolínea rendirá cuentas del ejercicio 2001, marcado por la huelga veraniega de los pilotos, la posterior paralización de la compañía por la dirección para forzar un laudo con ese colectivo y el impacto, coyuntural, de los sucesos del 11 de septiembre. En ese contexto, el valor bursátil de la aerolínea de bandera ha despegado en los últimos cuatro meses, y ha llegado a superar los dos euros por acción, frente a los 1,19 euros en que fue colocada por la SEPI. Ayer Iberia cerró a 1,93 euros, un 62% por encima del precio minorista de la OPV.
Entre medias, la cotización de la aerolínea sufrió el impacto del 11-S, que hundió el valor de la acción hasta 0,76 euros. La aerolínea ha saldado ese difícil ejercicio con un beneficio neto de 53 millones de euros, el 73% menos respecto al ejercicio 2000. El resultado de explotación cayó el 92%, hasta 4,9 millones.
El consejo propondrá a la junta general la puesta en marcha de un plan de opciones para 500 directivos, que les permitirá adquirir un máximo del 2% del capital de la compañía.