Avánzit cae a niveles de 1996 en su vuelta al mercado tras suspender pagos
Los negociadores de la empresa, mientras tanto, están dispuestos a enfrentarse con el SCH en su intento de buscar un plan de viabilidad que no suponga desmembrar Avánzit.
La compañía de tecnología y posproducción audiovisual Avánzit se desplomó ayer otro 14,29% en su regreso al parqué después de la suspensión de pagos. La caída, sin embargo, ni siquiera es la mayor de la última semana, porque sólo el pasado martes ya perdió un 19,6%. Los problemas financieros de la compañía se han llevado por delante la mitad de su valor bursátil en cinco sesiones y el derrumbe acumulado en lo que va de año llega al 81,9%.
La tecnológica cotiza en estos momentos a su nivel más bajo desde enero de 1996, cuando Avánzit ni siquiera existía y su predecesora, Radiotrónica, luchaba por salir desde la Corporación Banesto de sus graves problemas financieros.
En nada han quedado, por tanto, dos macroampliaciones realizadas por la empresa; la primera de ellas para absorber Telson y convertirse en Avánzit y la segunda para dar entrada a Acciona, que sufragó la compra de TSIP.
Los analistas bursátiles tienen claro que esta situación continuará hasta que terminen las negociaciones con los acreedores. Pero estas conversaciones pueden dilatarse en el tiempo, sobre todo por las distintas posiciones que mantienen las dos partes más fuertes del proceso: la empresa y el principal acreedor, el SCH. Fuentes cercanas a las negociaciones aseguran que la meta de la entidad bancaria es hacerse con Avánzit Media, la filial que agrupa los activos audiovisuales del grupo y, en concreto, con la joya de la corona, Telson, y que no tienen ningún interés en el futuro del resto de la compañía.
Avánzit y sus negociadores, por su parte, están dispuestos a sacrificar activos para salir de la situación, pero no a costa de la continuidad del grupo. 'Si Telson se vende, poco futuro le queda al grupo', explican estas fuentes. Para la empresa, el objetivo primordial de las conversaciones con los acreedores es llegar a un acuerdo que dé continuidad al grupo y que incluiría una capitalización de parte de las deudas. Los activos se podrían pignorar a la satisfacción de los créditos, pero no venderse.
'El SCH es el principal acreedor de Avánzit, no el único, y hay otros afectados por la suspensión además de los bancos'. La entidad presidida por Emilio Botín es, de lejos, el mayor prestamista de la compañía tecnológica, aunque lo es a través de un crédito sindicado. También figuran en la lista otras entidades financieras, como Caja Segovia, Hypovereinsbank, Caja Madrid o BBVA. Uno de los primeros acreedores comerciales de Avánzit ajenos al grupo es Euroinsta, filial de Tecnocom, que acompaña a Alcatel y Telefónica, entre otras.
Sin embargo, el SCH tiene la fuerza añadida que le da el crédito sindicado y ya ha advertido a Avánzit de la posibilidad de cancelarlo de forma anticipada. 'El banco sabe que si ejecuta este préstamo lleva a la suspensión de pagos a todas las filiales del grupo y a ellos tampoco les interesa esto', aseguran fuentes de la negociación. El SCH y el presidente de Avánzit, Rafael Martín Sanz, son viejos conocidos, ya que fue él quien reflotó Telson desde la Corporación Banesto y posteriormente se hizo con la mayoría del capital.
El SCH prefirió ayer mantener silencio sobre su posición en las negociaciones.