Europa debe definir sus objetivos
Si Europa quiere explotar su verdadero potencial deben desaparecer las trabas a la integración. Europa debe desarrollar un idea clara de cómo debe ser su futura Constitución y llevar a cabo una reforma económica significativa. La oportunidad que ofrece la actual convención para la reforma de Europa no debe, y no puede, desperdiciarse.
Lo más urgente es la necesidad de dar a los ciudadanos un sentido genuino de participación e identificación con el proyecto europeo (...). Hay que reemplazar la complicada coexistencia entre Parlamento, Comisión y Consejo Europeos. En su lugar debe haber una Comisión nombrada por un Parlamento electo. Paralelamente, como segunda cámara, debe concebirse un senado europeo compuesto por el conjunto de Estados que sirva como poder de contrapeso, pero sin el derecho de veto ni a deliberaciones confidenciales que existen en el actual Consejo de Ministros (...). Esto crearía, de hecho, una república federal euro, pero federal en el sentido alemán: una estructura de gobierno clara, abierta y autónoma que los ciudadanos entenderían y que respondería a sus necesidades (...).