La función de compras en la empresa
Joaquín Trigo Portela es director ejecutivo de Fomento del Trabajo Nacional
La empresa está inmersa en una triple adaptación. En primer lugar, una situación de crecimiento moderado en la que la competencia se endurece. En segundo lugar, el súbito incremento de dimensión del mercado relevante que obliga a adaptar el tamaño a fin de que su óptimo se adecue a las exigencias de los mercados globales. En tercer lugar, a la asunción explícita del conocimiento como eje vertebrador de actuación, con las consiguientes motivaciones en la estructura orgánica de la empresa, el ritmo de innovación, la naturaleza y cuantía de los incentivos ofrecidos y otros aspectos, entre ellos los criterios contables que den cuenta más precisa del valor de los activos inmateriales, tanto tácitos como explícitos, lo que configura una auténtica revolución cultural.
La función de compras está asumiendo un papel relevante en los tres ámbitos. En lo que concierne a la adaptación al momento, basta considerar que, en el periodo 1982-2000, el porcentaje que han supuesto los consumos intermedios respecto al total de ingresos del conjunto de empresas no financieras fue el 66,5%, según la Central de Balances del Banco de España.
Por ello, la sensibilidad directa de la cuenta de explotación a las mejoras obtenidas en éste ámbito es superior al de cualquier mejora de proporción equivalente obtenida en cualquier otra partida de gastos.
La contribución inducida refuerza la relevancia de la función, pues si se acompaña de reducción de stocks baja el coste de espacio, de seguro, de vigilancia, de realización de inventarios y, además, se evitan riesgos de obsolescencia o paso de moda, robo, incendio y otros. Por otro lado, la buena información sobre suministros da posibilidades de cambios innovadores que mejoren la adecuación del producto a su finalidad y aporten ventajas comparativas.
En el tema de la adaptación del tamaño empresarial, la concepción del proveedor como aliado estable permite afrontar retos de volumen y aporta oportunidades de compartir riesgos asociados a la entrada en nuevos mercados externos, que puede aportar una flexibilidad de la que se carece cuando el proveedor es un mero participante en una subasta basada en precio.
La posibilidad de acceder al conocimiento de los proveedores es, probablemente, la aportación de mayor calado que puede hacerse desde la función de compras. Muchas ideas innovadoras proceden de los suministradores de equipo técnico y de productos intermedios. El desarrollo de los productos que trata de introducir una empresa se puede beneficiar de sugerencias valiosas de los proveedores, que vienen apoyadas en una experiencia específica superior a la que tiene la propia empresa usuaria.
Las experiencias del reflotamiento de Chrysler a comienzos de los noventa y la articulación de vínculos que, en general, se producen entre los fabricantes de automóviles y la industria auxiliar son un ejemplo de estas posibilidades que, obviamente, se dan en las dos direcciones.
La materialización del potencial expuesto depende de algunas condiciones que deben evitar que la función de compras sea un mero agente de otros departamentos de la empresa. Dado que su conocimiento de las posibilidades de suministro es más amplio, debe estar presente en la expresión de la necesidad a solventar si se trata de la actividad habitual y colaborar en el diseño de los temas nuevos.
Esa carencia, o conveniencia, no tiene una única solución, de modo que con su visión amplia del abanico de posibilidades puede orientar acerca de las diversas formas de cubrirla, así como de las opciones de externalizar actividades que se pueden obtener con más eficiencia a través de proveedores. La función de compras debe ponerse en el lugar del cliente pensando que los departamentos de la empresa son intermediarios en el camino hacia el cliente, a quien se deben todas las funciones de la empresa.
Entre 1982 y 2000 el peso relativo de los stocks de las empresas no financieras españolas descendió sustancialmente. Pasó de representar el 14,2% del activo total en el primer año hasta el 6,2% en el último. Esto evidencia que la relación con proveedores ha ido más allá del precio para entrar en la idoneidad del suministro, el momento, la garantía de cumplimiento y otros aspectos.
Hacer bien las cosas es una parte de las obligaciones, otras son hacer más cosas y producir innovaciones entre las que entra capacitar las empresas para usar todo su potencial latente. La función de compras está llamada a tener un peso creciente en la configuración de la estrategia empresarial y en su aplicación.