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Política

El sector de CiU encabezado por Mas plantea exigencias más radicales al PP

Los nacionalistas confían en volver a ser decisivos en Madrid para arrancar nuevas concesiones. En caso de una nueva mayoría absoluta de los conservadores, CiU se plantea utilizar el Plan Hidrológico Nacional para presionar al Gobierno.

El Plan Hidrológico Nacional, uno de los mayores empeños políticos de José María Aznar, podría convertirse en el arma de presión de CiU para lograr concesiones del Gobierno durante la próxima legislatura. La nueva generación de políticos convergentes, el ala más soberanista liderada por Artur Mas, se está planteando cuál debe ser el papel de CiU en la próxima legislatura tanto en Madrid como en el Parlamento catalán. Durante los 22 años de liderazgo de Jordi Pujol, CiU se ha caracterizado por su voluntad pactista. Incluso actualmente, en la recta final de esa etapa, Pujol sigue presionando para evitar el enfrentamiento con un PP que es el principal apoyo del Gobierno catalán.

Esta situación está provocando paradojas como que CiU sea capaz de votar en contra y luego a favor de la nueva Ley de Partidos, pese a que previamente había pactado una serie de enmiendas con el PP, o la actitud negociadora ante la nueva Ley Financiera, pese a que recorta el poder autonómico respecto a las cajas. Por no hablar del rechazo que produce entre los soberanistas -sector predominante en la Generalitat- iniciativas del Gobierno como la Ley de Calidad de la Enseñanza o la reforma del desempleo.

Aunque el sector próximo a Pujol (incluido el portavoz en Madrid, Xavier Trias) considera que la negociación es la única política posible que se puede seguir bajo una mayoría absoluta del PP, lo cierto es que los soberanistas abogan por un cambio de estrategia una vez Mas suceda a Pujol. 'Pero ahora tenemos las manos atadas, nos interesa consolidar los logros alcanzados anteriormente', reconocen fuentes de esta ala en referencia a infraestructuras como el tren de alta velocidad o la ampliación del Puerto de Barcelona.

Los próximos a Mas estiman que es necesario abandonar el método de negociación gota a gota con Madrid y defienden unos postulados más radicales que comportasen mayor autogobierno real para Cataluña.

Este deseo se enfrenta a la realidad política que surja tras las próximas elecciones autonómicas y generales. CiU confía en seguir gobernando en Cataluña y desearía volver a recuperar el papel decisivo que tuvo anteriormente en Madrid. Sin embargo, la formación calcula que el PP repetirá su mayoría absoluta. En ese caso, la ley que dio luz verde al Plan Hidrológico Nacional y, concretamente, las enmiendas que CiU logró colar en el texto a cambio de su voto favorable se convertirán en la mejor carta para presionar al ejecutivo central.

En aquel texto, CiU incluyó la obligación de un Plan Integral de Protección del Delta del Ebro para asegurar el mantenimiento de sus condiciones ecológicas especiales. Este plan será redactado y ejecutado por un consorcio presidido por la Generalitat, que además tiene transferida la política medioambiental, lo que le otorga una posición de fuerza en su ejecución.

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