La nueva modalidad de opa levanta las iras de los pequeños inversores
Consiste en hacerse con el control de una compañía sin lanzar opa, porque no hay obligación alguna para hacerlo. Las operaciones generan fuertes ganancias a quienes venden los paquetes de acciones suficientes para que el comprador tenga el control de la empresa.
SCH ha sido el vendedor en ambas compañías y, claro está, el único beneficiado. Las ventas se han hecho con fuertes primas sobre precios cotizados sin que los accionistas minoritarios, los pequeños, hayan podido saborear las mieles del triunfo.
Hay más. Quienes han calentado motores con anterioridad al lanzamiento de las operaciones y han comprado fuertes cantidades de acciones con fines especulativos a corto plazo se han dado un batacazo fenomenal. El ejemplo de Vallehermoso es elocuente. Las acciones cayeron un 13% en la jornada siguiente a la venta de un paquete de control de SCH a la constructora Sacyr.
Los analistas advierten en sus informes de situación que el grupo Santander ha puesto de moda en la Bolsa española este tipo de operaciones y que son muchas las compañías cotizadas las que cuentan con accionistas que poseen paquetes de control.
La especulación alrededor de empresas potencialmente opables puede resultar, así, muy peligrosa, salvo que se aborde un cambio radical en la legislación actual sobre opa. La desazón entre los pequeños inversores, ya con los ánimos encrespados, presiona en las últimas horas a las autoridades económicas y bursátiles. También, al regulador, para que aborde lo más rápido posible el caso.
No es tarea fácil, sin embargo. Tampoco, labor que se efectúa con rapidez. Lo que aconsejan los expertos es prudencia y mucha cautela, menos pasión a la hora de buscar compañías sensibles a grandes operaciones con terceros.
La Bolsa española, como el resto de las europeas, sigue en pie gracias a estas operaciones, con polémica incluida. La debilidad de los valores líderes es evidente y en todos los mercados del mundo son las pequeñas compañías las que levantan sentimientos enfrentados.
Los índices, hoy como ayer, siguen lastrados por los blue chip y, como se anticipaba la semana pasada, por una debilidad alta del dólar. La sensación de que los mercados estadounidenses están caros se generaliza y los gestores cruzan los dedos para que las correcciones sean moderadas.
La lucha antitabaco llega a la Bolsa
Celia Villalobos y el plan de choque antitabaco que proyecta su Ministerio, el de Sanidad, provocaron ayer fuertes vaivenes en la cotización de dos compañías, en Azkoyen y Altadis.
La historia, en lo que afecta a las dos empresas, es vieja. La empresa navarra, dedicada a la fabricación de máquinas expendedoras, que no son todas de tabaco, como algunos bolsistas consideran, ya sabe lo que es beber la hiel de la caída en Bolsa, porque hace dos años los reguladores europeos plantearon que las máquinas expendedoras de tabaco no estuvieran expuestas al público. Villalobos plantea ahora la supresión de estas máquinas. ¿Cuál será el impacto en la cuenta de resultados de Azkoyen?
Los analistas señalan que será muy limitado, porque la producción de esta empresa abarca más campos y modalidades.
Para quien sí es preocupante la nueva guerra antitabaco es para Altadis, que es la que vive de este negocio. Sin embargo, sus acciones sufrieron ayer menos, porque aquí funcionan bien los cuidadores. Son, en fin, las sobrerreacciones de las Bolsas.