Urrutia se acoge al derecho a no autoinculparse
El único ex consejero del BBVA que retiró dinero del fondo de pensión constituido en su favor en marzo de 2000, Juan Urrutia, admitió ayer ante el juez Baltasar Garzón que había depositado esos 400.000 dólares en una cuenta de la Banca de Gotardo, de Suiza, a nombre de una persona ajena al banco y al caso que se investiga, dijeron fuentes jurídicas.
Sin embargo, Urrutia se amparó en el derecho a no declarar, en su calidad de imputado, y se negó a revelar el nombre de esa persona. Las fuentes dijeron que 'esta declaración no favorece para nada a Urrutia', quien tampoco quiso explicar para qué hizo ese movimiento de dinero, aunque sí habló de que se trataba de 'una inversión', sin dar más detalles.
El ex consejero pudo hacer esa operación, ya que se trataba de un tercio del monto del fondo de pensión que se había constituido a su nombre, como 'compensación' por la disminución de su retribución, al igual que en el caso del resto de los consejeros provenientes del BBV. Urrutia explicó que se había molestado cuando, en diciembre de 2000, tuvo que devolver ese dinero y el resto del fondo de pensión, a pedido del ex presidente del banco Emilio Ybarra, quien le explicó que debía hacerlo porque el dinero de los fondos provenía de cantidades no contabilizadas en el balance de la entidad.
Asimismo, Garzón también tomó declaración al ex vicepresidente del BBVA José Domingo Ampuero, quien explicó que Ybarra y Pedro Luis Uriarte habían decidido autorizar la repatriación de 47,6 millones de dólares con el objetivo de cubrir una pérdida surgida de una operación de permuta de divisas en 1992. Sin embargo, Ampuero indicó que él ignoraba que ese dinero había salido de las cuentas opacas de Amelan, anteriormente Candiac Foundation, hasta 1995, que eran las sociedades creadas por el Banco Vizcaya en 1987 para realizar operaciones de autocartera para recomprar las acciones de la entidad en manos de KIO. Esa cosmética contable para cubrir las pérdidas se hizo en 1994 y se descubrió en la auditoría interna de 1995.
Por su parte, el tercer imputado que declaró ayer, José María Concejo, quien fuera secretario del Consejo de Administración del BBVA, afirmó que Ybarra le había encargado la constitución de los fondos de pensiones, ya que él tenía trato asiduo con Alico, la compañía americana en la que se contrataron. Pero fue Luis Bastida, director financiero en marzo de 2000, quien le ordenó estar presente en la firma de las pólizas de los consejeros, junto con un representante de Alico. Si bien los contratos estaban en inglés y él no los leyó, Concejo reconoció que él también fue beneficiado con un fondo de pensión, ya que se jubilaba en ese momento y tenía, como otros imputados, un contrato de alta dirección. Concejo fue compensado con otros conceptos al devolver su fondo.