Rusia y la UE avanzan hacia la creación de un espacio económico común
El presidente español, José María Aznar, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, se felicitaron del progreso en las relaciones entre la UE y Rusia y destacaron que, pese a las grandes diferencias que aún persisten, la cumbre ha sido 'un hito histórico'. Putin celebró que la UE decidiera 'la formalización jurídica del reconocimiento del estatuto de economía de mercado para Rusia' y Aznar destacó el 'gran significado político y económico' de la decisión.
La UE reconoció 'los esfuerzos de la Federación Rusa para establecer relaciones de mercado en su economía'. Por ello, los Quince se comprometen a 'modificar su legislación para otorgar a Rusia el estatus completo de economía de mercado'. Bruselas respalda el ingreso de Rusia en la OMC, ya que considera que esto permitirá 'una mayor integración de Rusia en la economía mundial y la profundización de los lazos económicos entre ambos países'.
Para lograr esta declaración, Moscú se comprometió a completar sus reformas para eliminar 'las restricciones al libre comercio' y liberalizar sus mercados, en especial el sector energético, como le habían pedido los Quince para reconocer a Rusia como economía de mercado. Todos estos pasos facilitarán, según los Quince, la creación del espacio económico común.
Desde Puerto Vallarta, el director de la OMC, Mike Moore, expresó su convicción de que Rusia ingresará en 2003 en la organización.
El mercado energético
El punto de mayor interés en la agenda de la cumbre fue el de la energía. La declaración conjunta, en su anexo dedicado a la energía, destaca 'la importancia de fortalecer el comercio de energía primaria entre Rusia y la UE', haciendo hincapié en los contratos 'a largo plazo' para el suministro de gas natural. La UE se considera el mercado energético 'más grande e integrado' del mundo y defiende el acceso de Rusia a ese mercado.
La energía aporta a Rusia el 20% del PIB, más del 50% de los ingresos públicos, el 45% de los ingresos del país en divisas y el 25% de la producción industrial. Pero el interés es mutuo, dado que Rusia juega un papel vital en el suministro energético de la Unión Europea.
Con el actual acuerdo energético entre las dos partes los Estados miembros no pueden reexportar dentro de la UE el gas importado de Rusia, lo que supone un serio problema de cara a la integración del mercado energético europeo, que en el gas estaba previsto para 2003. Finalmente, Moscú ha accedido a eliminar esta 'cláusula de destino' y las dos partes se comprometen a buscar una solución 'aceptable'.
Respecto al mercado eléctrico, la cumbre ha abierto la vía a la interconexión. Los mandatarios se han comprometido a establecer un calendario para permitir el acceso mutuo a los mercados y establecer 'las bases legales necesarias para hacer posible la interconexión' eléctrica, respetando los estándares de calidad europeos.
Asimismo, Rusia y la UE se comprometen a buscar fórmulas de financiación para proyectos energéticos 'de interés común'.
En la declaración, sin embargo, no hay mención al problema del doble precio que Rusia fija para el gas, ya sea para exportación (al que impone elevados impuestos) o para consumo interno (que exime de tributación fiscal) y que ha sido duramente criticado por el comisario Lamy.
El encuentro entre los dirigentes europeos y rusos también estuvo marcado por la preocupación común ante las amenazas a la seguridad mundial. La UE y Rusia acordaron 'incrementar los esfuerzos para luchar con éxito antes los desafíos comunes, especialmente el terrorismo, incluyendo el acceso a armas de destrucción masiva, el tráfico de drogas, la inmigración ilegal y otras manifestaciones del crimen organizado'.
UE y Rusia pidieron a Pakistán y la India esfuerzos para una solución pacífica al conflicto de Cachemira y reiteraron su preocupación sobre Oriente Próximo, donde expresaron su apoyo a la celebración de una conferencia internacional de paz.
El punto discordante de la cumbre fue Kaliningrado. La región rusa del Báltico quedará aislada cuando Polonia y Lituania entren en la UE. Putin quiere un visado de libre circulación para los ciudadanos de la región, pero la UE no está dispuesta a concedérselo.
Moscú emprende la reforma del sector del gas
La reforma del sector del gas natural ruso es clave para los intereses de la UE. Los Quince compran el 63% del gas producido en Rusia, lo que representa un 40% del total de las importaciones comunitarias.
Por su parte, las autoridades rusas recelan de Bruselas. La mirada está puesta en 2003, año en el que está prevista la integración del mercado europeo del gas. A partir de entonces, la compañía estatal rusa Gazprom, que produce el 95% del gas natural del país, no podrá impedir como hasta ahora la reexportación del gas en suelo comunitario.
Gazprom es la primera fuente de ingresos en divisas del país y representa el 25% de los ingresos en impuestos del Gobierno federal. Su reforma es, en cualquier caso, inaplazable. La Ley del Gas Ruso de 1999 obliga a la compañía a garantizar el suministro energético a todos los ciudadanos, 'independientemente de la rentabilidad'.
Rusia es el primer productor mundial de gas natural y posee además las mayores reservas del mundo en esa materia. Un informe oficial alerta de que, al ritmo actual de extracción, las reservas nacionales de petróleo desaparecerán en 2040, lo que deja al gas como fuente estratégica de recursos.
El Gobierno ha lanzado una reforma, pendiente de aprobación, que garantiza el suministro de gas sólo a 'sectores básicos', como escuelas y hospitales, el resto tendrá que pagarlo a precios de mercado. Moscú también prevé duplicar el consumo doméstico de carbón para aumentar el volumen de gas disponible para la exportación.