Europa y la dependencia de siempre
El debate sobre la independencia en ciernes de los mercados de la eurozona respecto de los estadounidenses ha muerto al poco de nacer. El festivo del lunes, como última referencia, ha acallado las voces de quienes apostaban por un recorrido autónomo, con identidad propia, de las eurobolsas, máxime en un momento de debilidad relativa del dólar.
La primera cita destacada en los informes sobre el comportamiento y evolución de las Bolsas europeas durante la jornada del lunes, festivo en Estados Unidos, fue la pobreza de los volúmenes de negocio en todas las plazas. En el caso español, la cifra registrada en el mercado continuo fue la más baja de los últimos nueve meses.
Para los escépticos, para quienes tenían dudas sobre la extrema dependencia de los mercados del mundo de los estadounidenses, la primera media hora de ayer fue elocuente, muy esclarecedora, porque en esos 30 minutos iniciales se hicieron operaciones en el mercado continuo equivalentes a la mitad del total negociado el lunes.
Mayores referencias en este sentido se encontraban desde primeras horas de ayer en el seguimiento extremo de los operadores del futuro del S&P, que es el que animó, claro está, la actividad con relación a la víspera.
Nada nuevo, así, bajo el sol de las Bolsas. Los observadores coinciden en que las cotizaciones se moverán al compás de los indicadores adelantados, de los índices de confianza en el futuro, con todos los peligros que ello entraña, según se ha podido comprobar en lo que va de año.
El lunes fue el IFO alemán y ayer el de confianza de los consumidores estadounidenses. Son las expectativas de estas datos más que los propios datos en sí los que mueven los mercados, aunque luego la realidad no se ajuste a lo proyectado.