La patente europea ahorrará a las empresas dos tercios del coste actual
Hoy por hoy, patentar una invención en toda Europa supone algo inasequible no ya para particulares, sino incluso para muchas pequeñas empresas. Pese a esta realidad, los últimos esfuerzos de los Quince para sacar adelante la patente comunitaria han centrado el grueso del debate sobre la denominada cuestión lingüística, es decir, la lengua o lenguas en que deberá tramitarse la solicitud de este nuevo modelo de patente, y han dejado en un segundo plano el ahorro de costes que supondrá para las empresas.
Pese a no haber conseguido llegar a un acuerdo sobre su modelo de patente comunitaria, la presidencia española de la UE ha hecho público un análisis sobre el ahorro que supondrá para las compañías europeas la propuesta que defiende. Así, según los datos del Gobierno, el coste de obtener una patente con el sistema actual en todos los países europeos (incluidos los de la ampliación) asciende a 75.900 euros, mientras que con la patente comunitaria la cifra descendería a 23.800 euros.
Los últimos datos de Eurostat sobre el número de patentes registradas ante la Oficina Europea de Patentes, órgano que no pertenece a la Unión Europea, sitúan la cifra en alrededor de 57.700 solicitudes anuales. Pese a que la mayor parte de ellas surten efectos sólo en algunos países europeos, el coste de registro de esas patentes en toda la UE ascendería a 4.379 millones de euros con el sistema actual y se reduciría a 1.459 millones de euros con la patente comunitaria.
Dos modelos diferentes
El análisis español pretende salir al paso de las posturas de Francia y Alemania y de la propia Comisión Europea, que consideran un gasto excesivo traducir parte de la patente y defienden el sistema trilingüe que utiliza actualmente la Oficina Europea de Patentes de Múnich, y que se basa en el francés, inglés y alemán.
El enfoque planteado por España defiende que las oficinas nacionales de patentes puedan realizar en su propio idioma la parte inicial de los trámites de solicitud, mientras que el resto de la tramitación se realice en las tres lenguas de la oficina de Múnich.
Una vez concedida la patente, la propuesta contempla que se realice una traducción de la parte principal del documento, las denominadas reivindicaciones, a todas las lenguas comunitarias. Según fuentes de la Oficina Española de Patentes y Marcas, el cálculo de costes que ha realizado España se basa en un modelo de patente de 20 páginas, de las cuales tres corresponden a las reivindicaciones y el resto a la descripción de la invención. Probablemente será ya la presidencia danesa la encargada de sacar adelante el acuerdo.