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Coyuntura

El crecimiento de la economía española baja al 2% en el primer trimestre

A pesar de que, en términos intertrimestrales, el crecimiento del PIB se situó en el 0,5%, tres décimas superior al del trimestre precedente, la variación interanual del 2%, inferior en 3 décimas al mismo periodo de 2001, confirma la trayectoria de desaceleración de la economía española iniciada hace dos años.

La demanda interna contribuyó con 2,1 puntos al crecimiento del PIB (ocho décimas inferior a la del trimestre precedente) mientras la externa tuvo una contribución negativa de una décima, frente a seis del periodo anterior. Tanto las exportaciones como las importaciones tuvieron tasas negativas (-1,6 y -1,2%, respectivamente).

La desaceleración que experimentó la demanda interna fue común a todos sus componentes. Así, el gasto en consumo final de los hogares creció un 2,1% (seis décimas menos que en el último trimestre de 2001), mientras el consumo público fue del 3% (dos décimas menos).

Dentro del consumo privado, el INE destaca la atonía de las ventas comerciales al por menor, especialmente en el caso de los automóviles, en el que se registran fuertes caídas. Igualmente, disminuye la confianza de los consumidores y los pedidos de bienes de consumo siguen registrando valores negativos.

Asimismo, la inversión siguió el proceso de desaceleración al crecer sólo un 0,9% (dos décimas menos), principalmente por el mal comportamiento de los bienes de equipo, que registró un crecimiento negativo del -4,9% (frente al -4,6 del trimestre precedente). La construcción mantuvo un crecimiento del 4,4% (cinco décimas menos), impulso basado en la obra en infraestructuras, especialmente ferroviarias, de carreteras y de regadíos.

Desde el punto de vista de la oferta, las ramas agrarias muestran un tono menos desfavorable, mientras la actividad industrial presenta una desaceleración más intensa. En una situación intermedia se sitúan las ramas de los servicios orientados al mercado.

Previsiones

Los expertos consideran que la recuperación de la economía española puede retrasarse, ya que eso mismo está ocurriendo en los países del entorno, que condicionan notablemente la evolución de España.

A la paralización del proceso de inversión en equipamiento empresarial, o al estancamiento de la actividad comercial exterior, se suman ahora la fuerte escalada de los precios de consumo y el abultado recorte del empleo, desconocido en España desde el último trimestre de 1994.

El temido descenso del empleo, hasta ahora la variable con mejor comportamiento en España mientras se producían recortes sucesivos en los países europeos, puede cambiar las expectativas de los consumidores y provocar una desaceleración notable del consumo privado.

Además, cada vez hay más posibilidades de que el BCE apruebe una subida de los tipos de interés en junio, o a más tardar en septiembre, que puede recortar más la renta disponible de los agentes económicos, según Manual Balmaseda, del Servicio de Estudios del BBVA.

A pesar de estas predicciones, el vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, ha afirmado que la economía española logrará cumplir el objetivo oficial de crecer este año el 2,4%.

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