El negocio de vigilar el aire
Madritel, BP o la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre son algunos ejemplos de empresas que se preocupan por la calidad del aire que se respira en sus oficinas. Además de efectuar las mediciones de algunas constantes básicas (como humedad y temperatura) y de mantener sus conductos de climatización libres del riesgo de la nidificación de legionela analizan periódicamente en laboratorio las partículas químicas en suspensión perjudiciales para la salud humana, aunque no haya ningún imperativo legal.
Ácaros, bacterias y partículas contaminantes encuentran un ambiente propicio para enrarecer los ambientes de las oficinas. Cinco factores contribuyen a ello: la climatización, el humo de tabaco, las moquetas sintéticas fijadas con colas también sintéticas, los ordenadores y fotocopiadoras, así como los muebles y tabiques divisorios de madera aglomerada. Todo ello propicia el contagio de la gripe, las migrañas, alergias y hasta la aparición de enfermedades cardiovasculares o sensibilidades químicas múltiples.
La sequedad persistente de los ojos es una patología moderna que provoca el 40% de las consultas de oftalmología. La origina la exposición continuada al aire acondicionado y ambientes contaminados. La responsable del servicio de prevención de la operadora Madritel, Mar del Olmo, afirma que el mayor problema que detectaron tras analizar el año pasado el aire de los tres edificios principales de la filial de Auna Cable (dos en el municipio madrileño de Alameda de Osuna y el tercero en Atocha, en los que trabajan unas 400 personas) era 'la falta de oxígeno debido al humo de tabaco'.
A la espera de la resolución del Gobierno que prohíba fumar en los centros de trabajo, Madritel ha determinado 'solicitar la restricción del consumo del tabaco y abrir las ventanas tres veces al día, para ventilar', explica Del Olmo. En su opinión, 'los análisis del aire, incluyendo un precipitado de partículas, que todavía no hacen la mayoría de las empresas, no son muy caros'. La compañía se gasta unos 6.010 euros al año en ellos, y los realiza la división de Prevención y Medio Ambiente de SGS.
La consultora suiza SGS tiene una unidad especializada en controles de calidad de aire de interiores en Madrid, en la que trabajan 12 personas. Paulino Pastor, responsable de desarrollo de la división, explica que esta especialización se deriva de la compra en 1997 de una empresa española pionera en detectar el síndrome del edificio enfermo, Healthy Building International (HBI). La unidad aporta un negocio anual 'cercano a 1,2 millones de euros' a la facturación de la división, que supuso 10,22 millones de euros en 2001.
En la nueva sede de la petrolera BP en Alcobendas (Madrid), el director de salud laboral y ergonomía, Miguel Ángel Vargas, asegura: 'Tenemos el programa Espacios sin humos porque pretendemos erradicar el problema del tabaco'. Se han establecido unas salas de fumadores 'con ventilación forzada' como parte de una política integral para que las 650 personas que trabajan en las instalaciones de Alcobendas 'respiren un aire más limpio que en la calle o en su propia casa'. Y también han prescindido de las moquetas y se han aislado los equipos de reprografía.
Filtros purificadores
Vargas explica que 'los controles de legionela y ácaros, que realizábamos dos veces al año incluso antes de que se exigiera por ley (julio de 2001), se realizan ahora cada mes'. Igualmente, pretenden efectuar todos los meses análisis de partículas en suspensión en el aire, temperatura, concentración de monóxido de carbono y humedad. BP decidió, además, instalar los equipos de purificación mediante filtros especiales de Aire Limpio. El control sistemático del aire y la amortización de estos equipos suponen a la compañía 7.212 euros al año.
Aire Limpio está despuntando en este mercado por su agresiva estrategia comercial. Se trata de una pequeña empresa madrileña que fundaron en marzo de 1999 un grupo de cinco emprendedores, liderados por el ingeniero Fernando Feldman, que invirtieron entonces 9.015 euros para conseguir las licencias de comercialización de unos sistemas de filtros especiales con patente estadounidense.
Empezaron vendiendo su tecnología en establecimientos de hostelería y hoy tienen entre sus clientes a grandes agencias de publicidad (Grey, McCann Erickson) y bancos (Crédit Agricole). Ahora son más socios (12) que empleados (nueve), con un capital social de 146.000 euros. Su director general, Tomás Higuero, explica: 'El año pasado facturamos 400.000 euros, el doble que el anterior. æpermil;ste facturaremos 1,4 millones, pero lo que es seguro es que entraremos en beneficios'.