Hermejor saca aceite de las pirámides
La empresa de Villanueva de la Reina (Jaén) ha construido una innovadora almazara a base de pirámides de cristal y acero en la que conjuga la estética con un cuidadoso proceso de extracción
Hace unos días, varios de los principales importadores de aceite de oliva del continente americano, entre ellos algunos proveedores de la cadena estadounidense Wal Mart, visitaron la almazara de Hermejor de la Reina, en Villanueva de la Reina (Jaén).
Acostumbrados a ver fábricas de aceite de media España y, sobre todo, de Italia -su principal proveedor-, no salían de su asombro mientras observaban el edificio, construido en piedra y terminado en varias pirámides; las tinajas donde se almacena el aceite, similares a las que utilizaban los fenicios, o las tolvas piramidales de cristal para la entrada de aceitunas.
Hermenegildo Romero, un empresario granadino con 20 años de experiencia en la extracción de aceite, logra sorprender a quien visita su almazara, que empezó a construir en 1999. 'Todo el edificio está pensado para producir el mejor aceite posible', afirma.
'Las tolvas de cristal permiten ver la entrada de la aceituna, facilitan la limpieza del proceso y evitan la acumulación de residuos', explica. Las tinajas, de fibra de vidrio y recubiertas de barro, 'favorecen una óptima conservación y la decantación de los posos', continúa. Y así hasta completar una larga lista de detalles de la factoría, desde el suelo recubierto de polvo de cristal o huesos de aceituna molidos, a los techos laminados con metal a modo de espejos.
¿Y las pirámides? 'Las pirámides, de acero y cristal, están basadas en las egipcias de Keops, tienen las mismas proporciones, aunque no responden a un motivo especial; simplemente, me vino la inspiración y se me ocurrió', asegura el empresario.
Romero ha logrado conjugar los elementos artesanales de una almazara con las nuevas tecnologías en materiales y procesos, en un complejo que destaca por sus excentricidades decorativas: ventanales con formas de ojo, o de símbolos árabes y judíos, un lago artificial, aún por construir, que cubrirá la bodega, subterránea.
Excentricidades
Unas excentricidades que alcanzan incluso al nombre de la empresa (Hermejor de la Reina), jugando con su nombre de pila (Hermenegildo), la localidad donde se ubica la fábrica (Villanueva de la Reina) y el objetivo de calidad de su empresa (conseguir el mejor aceite posible).
Por lo pronto, la optimización de los procesos de la almazara le ha permitido obtener aceites con 0,1 grados de acidez, 'prácticamente la misma que tienen las aceitunas en el árbol', precisa. Su extracción en frío se realiza a 18 grados, una temperatura muy inferior a la de la mayoría de aceites vírgenes extra, 'de lo que resulta un auténtico zumo de aceituna', asegura, y que, por otra parte, procede de su propio olivar ecológico, sin componentes químicos.
Además, la empresa está apostando por la investigación: ya ha sacado al mercado un aceite rico en coenzima q10, 'un antioxidante que retrasa el envejecimiento celular', explica Romero, 'y que abunda en algunos de nuestros aceites gracias a la pureza de los procesos de extracción'.
Tras dos años de campaña olivarera en la almazara, Hermejor de la Reina se ha lanzado de lleno al envasado y comercialización de sus aceites, que hasta ahora solía vender a granel. La empresa ha invertido en los tres últimos años 5,6 millones de euros en la construcción de la almazara, a la que faltan algunos detalles que completará este año.
Con una producción de 1,5 millones de kilos de aceite, la compañía espera acercarse al millón de litros de envasado. Por lo pronto, ya ha conseguido un hito en la comercialización de aceites españoles: ha enviado sus primeras partidas de aceite envasado con su marca a Italia, los reyes mundiales del aceite envasado, que compran el granel de los españoles para embotellarlo con etiquetas italianas. Algo así como vender hamburguesas a los estadounidenses.
La empresa pretende abrir canales de venta especializados tanto en grandes superficies y tiendas españolas como en otros países a través de contactos y misiones comerciales, como la visita de importadores americanos, que reunió en la almazara a agentes de Argentina, Brasil, Chile, EE UU, México, Perú y Uruguay. La compañía tiene previsto facturar este año seis millones de euros, el doble que el ejercicio anterior.
Pero los proyectos de Hermenegildo Romero no se quedan ahí. El empresario pretende aprovechar el atractivo de su almazara y el entorno de la finca donde se ubica -un antiguo cortijo de 1780, con cuadra de caballos incluida-, para crear un complejo turístico agrorrural, con alojamientos, paseos a caballo por el olivar ecológico y recorridos de divulgación a la almazara, para seguir sorprendiendo a los visitantes.