Altadis asegura que McLane carece de infraestructura para distribuir sus marcas
Altadis se niega a facilitar sus marcas de cigarrillos a McLane para que las distribuya en los estancos porque considera que no tiene suficiente infraestructura y que carece de calidad de servicio. Tal afirmación la realiza tras haber negociado con la filial española de la multinacional americana y después de que el Tribunal de Defensa de la Competencia le obligara a suministrar productos a McLane, una decisión que ha recurrido ante la Audiencia Nacional.
No vamos a aceptar a McLane como proveedor de servicios logísticos porque a lo largo de las reuniones que hemos mantenido para estudiar sus almacenes y analizar los sistemas de información, ha quedado de manifiesto que McLane no tiene ni la infraestructura ni la capacidad de servicio para competir en este mercado'. Así de rotundo se muestra Luis Egido, director de la división logística de Altadis y hombre que tiene en sus manos la decisión de ceder o no las marcas a otros distribuidores. Y realiza tal afirmación una vez que la compañía ha recurrido ante la Audiencia Nacional la resolución del Tribunal de Defensa de la Competencia que le obliga a contar con McLane como distribuidor. Actualmente, tiene contratado este servicio con Logista, empresa en la que tiene la mayoría del capital.
La decisión de no trabajar con McLane se tomó tras varios meses de negociación con la filial del grupo estadounidense y antes de que el Tribunal de Defensa de la Competencia dictara su resolución, por lo que Luis Egido entiende que, a la vista de la 'situación tecnológica de McLane', no cabe ya ninguna posibilidad de acuerdo extrajudicial que permita que las relaciones de ambas empresas se reconduzcan.
Las diferencias
Luis Egido explica que una de las diferencias principales con McLane es que, mientras con el sistema actual se recogen los pedidos automáticamente mediante un sistema informático y un terminal que ha requerido fuertes inversiones, McLane ofrece una captación manual del servicio (a través del teléfono). 'Si el fabricante decide subir el precio, esa información se transmite instantáneamente a todos los estancos a través de un sistema telemático. Esto no lo puede hacer McLane', añade el directivo.
Respecto a los suministros, establece como diferencia que mientras con la distribución actual se puede llevar producto a cualquier punto de venta en 24 horas, ya que cuenta con almacenes para mayoristas en todas las provincias, McLane carece de la infraestructura suficiente como para abordar este servicio.
Según Luis Egido, 'la prueba fehaciente de que McLane no ofrece garantías suficiente es que ninguno de los otros fabricantes de tabaco, que además son férreos competidores nuestros en el mercado, han querido que ellos les distribuyan sus productos'.
En cuanto a la actitud que la distribuidora ha llevado a cabo en los tribunales, Egido lo califica de 'marketing jurídico y mediático'. Considera que ha intentado ganar en los tribunales lo que no ha podido conseguir en el mercado, 'que es quien decide'. Este proceso se inició en 1996, cuando McLane denunció ante el Servicio de Defensa de la Competencia las prácticas comerciales de la antigua Tabacalera.
Por otra parte, Egido califica de 'absolutamente irracional' la resolución del Tribunal de Defensa de la Competencia que abre a McLane la posibilidad de distribuir las marcas de Altadis. 'En ningún país del mundo, una empresa cuenta con dos sistemas de distribución alternativos para el mismo canal'.
Argumenta que el contar con dos distribuidores para llegar a los mismos puntos de venta iría en contra de cualquier criterio empresarial y de rentabilidad, ya que el negocio logístico se basa, precisamente, en las sinergias, las economías de escala y el volumen de mercancía. Asegura que el tribunal no sólo obliga a Altadis a suministrar producto a McLane, sino que abre la posibilidad de que cualquiera con una licencia para distribuir tabaco pueda acudir a Altadis y exigir producto.