Nueva caída de la demanda interna en Alemania
A la vista de los datos publicados, la economía alemana parece haber salido de la recesión técnica en la que se encontraba desde el tercer trimestre del pasado año. Así, tras tasas intertrimestrales de -0,2% y un -0,3% durante el tercer y cuarto trimestre de 2001, el PIB alemán creció en el primer trimestre del año un 0,2% intertrimestral.
La mala noticia aparece, sin embargo, cuando analizamos los principales determinantes de este comportamiento. Así, mientras el sector exterior ha contribuido un 1,7% al crecimiento, la demanda interna lo hacía un -1,9%. La tasa interanual del PIB se situó en el primer trimestre en el -0,2% (negativa por primera vez desde el cuarto trimestre de 1993).
El mal comportamiento de la demanda interna fue debido, en parte, a la extrema debilidad del consumo privado, que decreció un -0,3% interanual (primer declive en algo más de cuatro años). El consumo público, sin embargo, sólo redujo ligeramente su crecimiento interanual hasta el 1,1% (frente al 1,7% de 2001).
La inversión en construcción mostró, por primera vez desde el cuarto trimestre de 1999, un crecimiento intertrimestral positivo pero aún no existen suficientes indicios de recuperación que nos hagan apostar por un crecimiento positivo durante 2002.
La inversión en bienes de equipo acentuó su declive, con una tasa interanual negativa del -10,9% (hay que remontarse hasta 1993 para poder ver algo similar). La producción industrial sigue débil, especialmente en bienes de equipo y de consumo duradero, que están cayendo a ritmos crecientes. El indicador de confianza empresarial de abril volvió a empeorar algo respecto a marzo. Ello hace prever que la inversión en bienes de equipo mantendrá su debilidad durante la mayor parte del año.
En cuanto al sector exterior, las exportaciones están mostrando un ritmo de crecimiento positivo, aunque reducido (1,7% interanual). La debilidad de la demanda interna favoreció el mal comportamiento de las importaciones, que volvieron a decrecer (-3,5% interanual) por tercera vez consecutiva. Sin duda, ello facilitó la contribución positiva del sector exterior al crecimiento del PIB.
Los datos publicados no distan mucho de lo previsto, por lo que mantenemos una previsión de crecimiento del 0,8% durante el 2002.
El índice de indicadores líderes cayó en abril (pasó de 112,0 a 111,7) por primera vez en cuatro meses. El buen comportamiento de este indicador en el primer trimestre anticipa un buen dato de PIB en el segundo trimestre. Interpretamos la caída del índice como una moderación del crecimiento en el segundo semestre, que resulta comprensible ante la no sostenibilidad de los niveles del primer trimestre (5,8% intertrimestral anualizado).
En Italia, la confianza familiar cayó en mayo al nivel más bajo en 18 meses, probablemente influida por un deterioro en las expectativas de desempleo ante los cambios anunciados en la legislación laboral. Los pedidos y la facturación industrial frenaron su caída en el primer trimestre, pero siguen muy débiles. El crecimiento de las exportaciones no se ha recuperado en el primer trimestre (probablemente influido por la debilidad alemana) pero la caída de las importaciones parece haberse estabilizado.
En Francia, el consumo familiar de manufacturas satisfizo nuestra previsión en marzo y creció más de lo previsto en abril, mostrando la variación interanual más alta desde agosto. Estos datos podrían reflejar cierta reactivación del consumo agregado en el segundo trimestre. El número de empleados creció algo menos de lo previsto en el primer trimestre: un 1,1% interanual, frente al 1,3% esperado. Por sectores, el de servicios cumplió con las previsiones, mientras el de construcción estuvo algo por debajo de lo esperado y el de industria fue el que mostró peor comportamiento.
La producción industrial argentina superó nuestra previsión en abril, retrocediendo un 12,4% interanual (-19,6% en el primer trimestre). Aunque la producción sigue débil, las tasas de caída son cada vez menores. La continuidad en la mejora de algunos indicadores pasa por la obtención de una nueva ayuda del Fondo, lo cual todavía no se ha conseguido.
En Chile, el PIB creció un 1,5% interanual en el primer trimestre, menos de lo esperado. En México, la inversión en maquinaria y equipo y en construcción cayó un 6,9% y un 0,2%, respectivamente, en febrero, confirmando un freno en el deterioro. En Brasil, las ventas reales al por menor cayeron en marzo un 5,4% anual, el menor declive desde abril del 2001.
Mejora el comercio exterior de la zona euro
El saldo comercial de la zona euro volvió a mostrar en marzo el favorable comportamiento de los últimos meses. La mayor desaceleración de las importaciones que de las exportaciones desde mediados de 2001 ha permitido una mejora sostenida del flujo móvil anual del saldo comercial. Como resultado, éste mostró en marzo el nivel máximo desde junio de 1999. Desde principios de año se observa una mejora del crecimiento de ambas magnitudes. La tasa de variación intermensual del ciclo tendencia de las exportaciones ha pasado a ser positiva y muestra un perfil suavemente creciente. Esto podría ser reflejo de una mejora del comercio internacional, factor clave para la recuperación de las economías europeas con una demanda interna más débil (Alemania e Italia) y para las que, estando algo mejor, también han resultado muy afectadas por la crisis (España y Francia). Las importaciones, aunque todavía están contrayéndose, lo hacen cada vez a menor ritmo. Esto parece indicar que aunque la demanda interna europea aún no se reactiva, el deterioro se está frenando.