Avánzit se derrumba en Bolsa por las dudas sobre su solvencia
Avánzit vivió ayer la peor jornada bursátil de su historia y marcó una cotización mínima de 2,92 euros, el nivel más bajo desde finales de 1997. La falta de noticias sobre el proceso de renegociación de la deuda y el empeoramiento de sus resultados provocaron una auténtica fuga de accionistas y una caída que llegó a ser del 28% en el peor momento de la sesión. Al cierre, el desplome se redujo al 12,32%, en una jornada en la que se movieron 1,277 millones de acciones, el 4% del capital de Avánzit.
El elevado volumen de negocio, cercano al récord de la compañía, también disparó las especulaciones sobre una posible venta directa en Bolsa y a bajo precio de uno de los accionistas de la empresa de tecnología y posproducción audiovisual.
Avánzit lleva 90 días negociando con los bancos la reestructuración de la deuda y según aseguró su presidente, Rafael Martín Sanz, a este diario, ayer por la tarde estaban reunidos para dar el veredicto final. De la respuesta de los bancos (hay 42 negociando) depende el futuro más inmediato de Avánzit, que arrastra una deuda superior a 200 millones de euros. La renegociación del endeudamiento permitirá a la compañía olvidarse de sus problemas financieros y encarar la reorganización operativa de la empresa, con el objetivo de mejorar sus resultados y crecer en el segmento audiovisual.
Para los analistas, un acuerdo con los bancos es clave para la supervivencia de Avánzit, que, en caso contrario, estaría muy cerca de la suspensión de pagos. La opinión de Martín Sanz, sin embargo, es distinta, y asegura que todavía quedarían vías de escape. 'Intentaríamos pactar un nuevo acuerdo, capitalizar deudas, ofrecer quitas o vender algún activo' para evitar la suspensión de pagos, explicó.
El derrumbe de ayer es sólo un episodio más en una trayectoria llena de sobresaltos. Avánzit ha perdido un 60,22% de su valor en lo que va de año, en un porcentaje que se eleva al 80,96% si la caída se computa desde los máximos de junio de 2000. Uno de los más penalizados en el desplome es Acciona, cuyas minusvalías bursátiles ascienden ya a más de 97 millones de euros. La constructora, sin embargo, es también una de las causantes de la caída, que se precipitó tras el anuncio de su intención de vender el 22% del capital que tienen en Avánzit.
La compañía tecnológica ha combinado los retrocesos bursátiles con cambios organizativos que han supuesto la salida de la compañía del consejero delegado, Agustín Fernández, y de uno de los principales accionistas, Adrián de la Joya.