La antigua Fosforera regresa al parqué
Después de casi cuatro años suspendida, el martes volvió a cotizar bajo otro nombre, Grupo Inmocaral, y dedicada a la actividad inmobiliaria
Fosforera ha vuelto a la Bolsa. Tras un largo paréntesis, de casi cuatro años, la acción reanudó su actividad bursátil el pasado martes tras levantar su suspensión la CNMV. El regreso de Grupo Inmocaral -su nueva denominación social- al parqué tuvo muy buena acogida entre los inversores el primer día de cotización en el que la acción se disparó un 98,8%, desde la referencia de los 0,83 euros en los que se situó su nivel de partida. Pese a las fuertes caídas de las dos jornadas siguientes, ha logrado ganar en la semana un 68,67% desde los 0,83 euros. Pero la compañía no sólo ha cambiado de nombre, también de accionista y de actividad.
La cotización de Fosforera fue suspendida por la CNMV el 11 de diciembre de 1998, momento en el que los auditores denegaron opinión sobre las cuentas individuales y consolidadas de los años 1996 y 1997. Una suspensión que, no obstante, pudo sorprender a pocos accionistas, teniendo en cuenta que la empresa se había declarado en suspensión de pagos en 1996.
Desde entonces, poco han podido hacer los inversores que se quedaron atrapados con acciones de la compañía. Sólo existe un mecanismo al que han podido recurrir estos accionistas que permite vender acciones que están suspendidas, tras comunicarlo a la Sociedad de Bolsas, y que está recogido en la normativa bursátil de la CNMV. Una opción de difícil ejecución por la dificultad que supone encontrar un comprador fuera de la negociación bursátil.
El pasado mes de junio Sandobella Holding presentó una opa por el 100% del capital de la compañía, convirtiéndose en su principal accionista
Con todo, los accionistas que no pudieron dar salida a las acciones de Fosforera tuvieron una segunda oportunidad en junio de 2001, cuando Sandobella Holding, filial holandesa del grupo británico Greenland Trust, presentó una opa sobre el 100% del capital de la compañía. En esta operación, en la que se ofrecieron 0,06 euros por acción, Sandobella Holding, propiedad del empresario español Francisco Carrasco, se hizo con el 83,23% de su capital.
Se inicia así una nueva etapa en la agitada historia de Fosforera. Bajo el nombre de Grupo Inmocaral, comienza a desarrollar su actividad centrada en la gestión inmobiliaria. Una estrategia que ya ha dado frutos tras adquirir la sede central de Iberdrola por 97,2 millones de euros.
Además, con el fin de dotar de actividad futura a la nueva sociedad, la junta de accionistas de la compañía, celebrada el 12 de diciembre de 2001, acordó realizar una ampliación de capital -que ya ha sido aprobada por la CNMV- con exclusión del derecho de suscripción preferente, que supondrá la emisión de 75,5 millones de acciones valoradas en alrededor de 62.700 euros, y que tendrán un valor nominal de 0,12 euros y una prima de 0,71 euros (0,83 euros de efectivo). Esta ampliación de capital consta de dos tramos. El primero, de aportaciones no dinerarias, será suscrito por La Constructora Moderna Barcelonesa (50,8 millones de acciones) y por Parkfield Trading Limited (11,9 millones de acciones). Al segundo tramo, destinado a los actuales accionistas, se dedicarán 12,6 millones de acciones, y supondrá una proporción de 179,66 acciones nuevas por cada 100 antiguas. El periodo para suscribir esta ampliación, a la que no tiene previsto acudir su accionista mayoritario, es del 20 de mayo al 2 de junio de 2002.
El principal accionista se ha propuesto, además, diluir su actual porcentaje en el capital social de la sociedad (16,77%) y aumentar el porcentaje de acciones en manos de los inversores hasta entre el 25% y el 49%. Si en el plazo de un año no lo logra, solicitará la exclusión de la cotización mediante una opa. Un nuevo reto para sus accionistas.