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Telefonía

El Gobierno suaviza los requisitos del nuevo móvil para evitar otro retraso

Los cuatro operadores de telefonía celular de tercera generación, Telefónica Móviles, Vodafone España, Amena y Xfera, remitieron al Ministerio de Ciencia y Tecnología antes del 27 de abril los preceptivos proyectos técnicos. En ellos se detallan las principales características del despliegue de la primera fase de extensión de las redes UMTS, que debe estar terminada antes del 1 de junio.

Telefónica Móviles y Vodafone España han realizado (o están a punto de culminar) un despliegue que coincide, en términos generales, con los compromisos que se recogían en el pliego de condiciones del concurso por el que se adjudicaron las licencias de UMTS, en marzo del año 2000.

Por el contrario, Amena y Xfera se han acogido a la rebaja de las exigencias en el despliegue de la red que ha sido autorizada por la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones, cuyo titular es Baudilio Tomé, mediante una resolución dictada con fecha de 8 de abril de 2002.

Amena tenía el compromiso inicial de instalar 750 estaciones base de UMTS en las 16 ciudades españolas con más de 250.000 habitantes. Fuentes del sector industrial han asegurado que el despliegue realizado se sitúa en el entorno de las 90 estaciones base.

Sus suministradores son Ericsson, que trabaja en las comunidades del noreste de la geografía española, y Siemens, que despliega en el suroeste. Un portavoz de la empresa declinó hacer comentarios sobre estas cifras y afirmó que 'cumpliremos con nuestras obligaciones antes de día 1 de junio'.

Fuentes de Xfera reconocieron que el despliegue de red que han presentado al ministerio en el proyecto técnico prevé la instalación de unas 50 estaciones base. La empresa tiene previsto montar 500 hasta fin de año. Los suministradores de los equipos son Nortel y Ericsson, que, como en el caso de Amena, se han dividido el territorio en dos partes.

Xfera ha reconocido que padece dificultades para conseguir los permisos municipales necesarios para la instalación de los equipos (antenas y armarios) en diferentes ciudades.

Telefónica Móviles espera haber montado 750 estaciones en 21 ciudades (cinco más de las obligatorias) el 1 de junio. El proyecto, hasta la fecha, ha sido desarrollado por Ericsson.

Finalmente, Nortel ha desplegado para Vodafone España una red con 600 estaciones, sobre las que la compañía prepara experiencias de voz, datos y simulación de servicios y aplicaciones multimedia en Barcelona (para la Generalitat) y Madrid.

Resolución

El texto de la resolución publicada el 8 de abril por la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones reconoce que el entorno tecnológico del UMTS 'todavía no está completado' y ello obliga a 'buscar soluciones capaces de dar cumplimiento a la implantación del servicio sin decretar un nuevo aplazamiento'.

El ministerio admite que las empresas 'podrán proceder a la puesta en funcionamiento del servicio en cualquier momento, con la única obligación de avisar con tres meses de antelación'.

Los requisitos para el despliegue de red en la primera fase eliminan, en principio, el compromiso sobre el número de estaciones y se centra en la posibilidad de demostrar que hay capacidad para dar servicios de voz, datos, paquetes y continuidad (handover) en las 16 ciudades con más de 250.000 habitantes.

Así se desprende del apartado en el que se asegura que 'se considerarán instaladas y operativas las estaciones con capacidad de prestar los servicios mínimos'.

Incertidumbres técnicas y económicas lastran el lanzamiento

 

 

El Gobierno pretendió convertir España en el primer gran Estado europeo en implantar el UMTS, pero pronto se vio atrapado en un escenario de incertidumbres financieras y tecnológicas que han convertido aquel espíritu pionero en un descomunal enredo del que aún no ha encontrado vía de escape.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En tres años se ha asistido al drama de Xfera, el cuarto operador celular que ha debido montar primero, para inmediatamente tener que desmantelar una empresa con 600 personas y una inversión comprometida por 3.000 millones y realizada de 400. O a los apuros de un Gobierno que el 1 de agosto de 2001 hubo de reconocer que había errado en la fecha el lanzamiento del servicio UMTS.

 

 

 

 

 

 

 

Ante la cercanía de la nueva fecha de puesta en marcha, el próximo 1 de junio, el sector mantiene su escepticismo. No obstante, los últimos avances del UMTS obligan a las empresas a mantenerse en guardia y a no descuidar los movimientos que puedan emprender sus más directos competidores.

 

 

 

 

 

 

 

En todo caso, las principales incertidumbres del nuevo móvil no se han disipado. Existe disponibilidad de estaciones base que están siendo instaladas sin mayores problemas, pero está insuficientemente probada la interoperabilidad de los equipos de unos fabricantes con los de otros.

 

 

 

 

 

 

 

A pesar del último acelerón dado tanto por la industria japonesa como por la europea, no se espera la llegada de teléfonos multimedia al mercado en cantidades suficientes que aseguren la explotación comercial del servicio hasta mediados del año 2003.

 

 

 

 

 

 

 

Por último, un problema inopinado puede dar al traste con todos los planes de despliegue del nuevo móvil: la sensibilidad que la sociedad ha asumido sobre la presunta peligrosidad para la salud de los equipos emisores de radio instalados en las ciudades para dar servicios de telefonía celular.

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