Revista de Prensa
Fortuyn no era Le Pen
Si Le Pen hubiera llegado a presidente habría sacado a Francia de la UE; [Pim] Fortuyn se definía como 'entusiasta aficionado' de Europa. El antiguo paracaidista francés hubiera devuelto a los inmigrantes; el profesor Pim quería hacer lo posible para integrar a los tres millones que ya residen en Holanda (...). Pero en lugar de explicar por qué (...) un tercio de los votantes de Rotterdam le apoyaban en marzo, sus rivales, y la mayoría de los medios, recurrieron a lo que mejor saben hacer: comparaciones fáciles con otros peligrosos demagogos que planean por los límites del fanatismo.
La táctica fracasó porque sus rivales eran demasiado ignorantes para comprender que no se derrota a los extremistas negando su existencia, amordazando a sus líderes o poniéndolos en un saco homogéneo, sino revelando la fragilidad de sus argumentos. Al final, Fortuyn fue derrotado por una bala, no en las urnas (...).
Tácticas duras en el metal de Alemania
Hay algo familiarmente deprimente en la huelga que preparan los trabajadores del metal en Alemania. Parece una danza ritual de guerra, con simbólicas amenazas de huelga y simbólicas negativas a negociar de los patrones. Se corre el riesgo de hacer un daño real a la ya débil economía alemana, al elevar costes laborales y exacerbar más el desempleo (...). Mientras tanto, otros sindicatos (...) calientan motores. Si el ritual salarial provoca que más patrones rompan con la negociación nacional y busquen acuerdos a nivel de fábrica, sería bueno para la competitividad alemana. Hay indicios de que eso está ocurriendo, para inquietud de sindicatos y organizaciones empresariales (...).