Es difícil salir del pantano
Los operadores más dinámicos de la Bolsa española, que son también los que viven con más entusiasmo la última hora de los mercados, se rasgaban ayer las vestiduras al observar la terquedad manifiesta de las plazas financieras. ¿Cómo explicar el escaso impacto que ha tenido en las Bolsas europeas el huracán alcista del Nasdaq y del Dow Jones en la jornada del miércoles?
Las explicaciones, como siempre, procedían de los analistas más fríos. No hay impacto tan decidido en situaciones alcistas de los mercados estadounidenses, que sí bajistas, porque el inversor final sigue ausente. O mejor dicho, atrapado a precios sensiblemente más altos y sin capacidad de maniobra ante hechos concretos.
Las valoraciones son las que son, recalcan los observadores, de tal modo que a mayores subidas en los precios, valoraciones más altas y riesgo en aumento, porque la magia de Cisco no es determinante para ajustar PER a la baja. Cisco mejora, pero no el conjunto de las empresas cotizadas.
Hay en esta argumentación también mucho de anticipación. La subida rápida del miércoles de los mercados europeos ya asumió gran parte del contagio previsto por la mejora de las Bolsas de Estados Unidos, es decir, ya estaba descontada de manera parcial.
Muy poco ha cambiado, en definitiva, el decorado de las Bolsas, salvo esas indicaciones a mejor de valores emblemáticos o la reanudación de movimientos empresariales. Las televisiones están de moda en las Bolsas europeas y salpimentan la actividad diaria.
Salvo estos fenómenos, los gestores asumen que es muy difícil de salir del fango, de ese pantano en el que entraron los índices hace meses y que en términos de Ibex, no es otra cosa que la rotación, como la mula en la noria, alrededor de los 8.000 puntos. Hasta el aburrimiento.