El Ibex baja un 0,57% en un ambiente dominado por la especulación
La rotación de posiciones desde unos sectores a otros se produce con mucha rapidez en la Bolsa española e impide la formalización de una tendencia definida. Los operadores se han fijado ahora en Telefónica y deshacen posiciones en los bancos. Mañana muy bien puede suceder lo contrario.
Esta actuación, que algunos observadores denominan de toma y daca, provoca un estancamiento del Ibex y, ante todo, la imposibilidad de que el principal índice del mercado español abandone, en uno u otro sentido, la referencia técnica y psicológica de los 8.000 puntos.
Tras una apertura al alza, pura inercia de lo sucedido la víspera y del arrebato alcista de los mercados estadounidenses, la Bolsa entró en tierra de nadie para volver a fijarse por la tarde en las actuaciones de Wall Street. El Ibex cerró con una caída del 0,57%, hasta los 8.041,40 puntos. El volumen de negocio flojo, como en las últimas dos semanas. El mercado continuo hizo operaciones por valor de 1.518 millones.
La especulación ha vuelto a adueñarse de la situación. Los movimientos empresariales generan sentimientos muy positivos entre los más voraces operadores a corto plazo. Antes fueron las opas y ahora las fusiones. Telefónica, Prisa (empresa editora de este periódico, entre otras publicaciones) y Sogecable acapararon el interés de operadores, inversores y analistas tras la decisión de las dos primeras compañías de integrar sus plataformas de televisión.
Los expertos coinciden en la idea de que los movimientos empresariales seguirán en las próximas semanas en otros sectores debido a los bajos precios de muchas compañías y a los últimos cambios en la economía. Es la salsa de la Bolsa.