El Ibex baja un 0,44% en una sesión de gran volatilidad
Telefónica, que ayer limitó la caída a un 0,09%, centra el interés en Bolsa por temor a que contagie al resto
La Bolsa española vivió ayer una jornada de nervios y gran agitación, con incrementos notables de la volatilidad en los índices. El Ibex terminó la tanda con una caída del 0,44%, hasta los 7.910,70 puntos, tras marcar un mínimo en los 7.788,105 puntos y un máximo en los 7.954,40. Este fenómeno mejoró, como siempre, el volumen de negocio, que subió hasta los 2.228 millones en el continuo.
El resto de los mercados europeos vivió una jornada similar en términos de nerviosismo. La Bolsa francesa cayó un 1,62%, y la alemana, un 0,68% en el periodo de coincidencia operativa con sus homólogas (el mercado germano alarga su sesión hasta las ocho y cuarto de la tarde).
Los procesos vendedores se intensificaron desde primeras horas de la mañana en el sector de TMT tras el fuerte varapalo registrado por los mercados de acciones estadounidenses la víspera en la que el Dow Jones volvía a perder la referencia técnica y psicológica de los 10.000 puntos y el Nasdaq entraba en un proceso de caída libre. En el periodo de coincidencia operativa de ayer, el Dow Jones mejoraba un tibio 0,35% y el Nasdaq seguía a la baja, con un 0,76%.
La actual crisis de los mercados de acciones del mundo tiene el mismo origen que las que se han ido produciendo de manera sucesiva desde marzo de 2000, excepción hecha de los acontecimientos terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos.
La crisis bursátil actual es de valoraciones excesivas, que vienen determinadas por unos resultados empresariales débiles. En Estados Unidos está a punto de terminar el periodo para la presentación de las cuentas trimestrales y los promedios son inferiores a los del mismo periodo del año pasado.
Tanta o más influencia tienen en el mercado, según los expertos, las renovadas advertencias de peores resultados para el trimestre actual, que es lo mismo que decir que muchas compañías cotizan con multiplicadores muy altos.
La peor percepción de los resultados empresariales coincide en el tiempo con la publicación de varios indicadores estadounidenses que arrojan nuevas dudas sobre el vigor del crecimiento económico.
Las compañías de telecomunicaciones polarizan la situación actual del mismo modo que hasta marzo de 2000 acapararon el interés negociador de los mercados. En el caso español, Telefónica es centro de atención preferente tanto por las fuerte pérdidas que acumula en las últimas semanas como por su demostrada capacidad de contagio para el conjunto de la Bolsa.
La operadora perdió ayer el 0,09% hasta los 10,89 euros, con lo que acumula una pérdida del 24,62% en lo que va de año y se convierte en el peor valor del Ibex de gran capitalización. Hasta el cierre mismo de la semana pasada, la debilidad de Telefónica fue neutralizada por el buen momento del sector bancario debido al trasvase de fondos desde unos sectores.
Esta armonía se perdió de manera súbita en los últimos compases de la sesión del lunes y generó un movimiento de ventas automático que llevó el Ibex por debajo del nivel de los 8.000 puntos.
Los varapalos en las telecomunicaciones y TMT continuaron ayer en los mercados europeos con fuertes descensos en Colt Telecom, Marconi, France Télécom, T-Online y Vivendi.
Sin referencias ayer en los mercados latinoamericanos. Las variaciones fueron mínimas y los principales índices siguieron las evoluciones de los mercados estadounidenses sin atender sus propios fundamentos.
La Bolsa de Tokio sufrió una fuerte caída en su retorno a la actividad tras dos jornadas festivas. La debilidad de las empresas de alta tecnología y al temor a que la apreciación del yen dé al traste con la recuperación de las empresas de automóviles y electrónica japonesas fueron las claves del día. El índice Nikkei perdió un 2,03%.