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Antonio Alemán

'En España quizá no hay sitio para tantos operadores'

El fabricante de equipos de telecomunicaciones Lucent Technologies suprimirá 6.000 empleos. Sus números son rojos desde 2000 en todo el mundo y en España, con recientes ajustes y tras desprenderse de una fábrica, impera la cautela

Con 51 años Antonio Alemán acumula la experiencia de haber pasado media vida relacionado con las tecnologías de la información y las comunicaciones. Las canas le fueron saliendo en Siemens, Digital, Hewlett-Packard y Compaq. Ahora su despacho está en Lucent Technologies desde febrero del año pasado. Como su responsable en España ha abordado un giro en el negocio, impuesto por 'las vacas flacas' y la evolución del sector. 'Fuimos los primeros en probar la amargura de la crisis y, afortunadamente, somos los primeros en sacar la cabeza'. Lo dijo justo antes de conocer, el pasado 22 de abril, que Lucent pondría en la calle a 6.000 trabajadores. Sin embargo, la recortada plantilla española -700 trabajadores, de los 1.200 que tenía el año pasado- 'no tendría por qué notarlo, aunque tampoco nos planteamos volver a producir aquí'. En España, su filial Agere vendió el año pasado una planta dedicada a la producción de semiconductores a BP Solar; y la segunda fábrica, también en la localidad madrileña de Tres Cantos, tiene colgado el cartel de venta.

Pregunta. La crisis se traduce en despidos y cierres...

Respuesta. En un año aproximadamente hemos pasado de 125.000 empleados a 62.000. Yo creo que lo que ha afectado a Lucent, como a cualquier compañía del sector, ha sido la falta de demanda que se ha producido en los últimos tiempos. Por lo tanto, es cierto que se han suprimido puestos de trabajo, pero eso no quiere decir que toda la gente se ha quedado en la calle. Hay muchos profesionales que ahora están bajo otra compañía y siguen trabajando en lo mismo. Sencillamente hemos vendido partes de negocio.

'Estoy seguro de que habrá que esperar al año que viene para ver remontar a las empresas del campo de las telecomunicaciones'

P. ¿Cómo ha afectado a España el reciente cambio en la presidencia de su compañía?

R. Somos un reflejo fiel de lo que es la empresa a nivel internacional. Cuando ha habido una actividad industrial importante, nosotros teníamos fábricas; ahora que se invierte en I+D, mantenemos importantes grupos de desarrollo con unos rendimientos altísimos. De hecho, en cuestión de eficacia en desarrollo competimos con India, que nos aventaja especialmente por cuestión de costes laborales. Otras decisiones tomadas por Patricia Russo atañen al rediseño de la compañía, lo que conduce a la potenciación de la investigación y a racionalizar el catálogo de productos y la agenda de clientes.

P. ¿Han recortado el número de clientes?

R. Ahora básicamente trabajamos con los grandes operadores: Telefónica, Auna y Vodafone. Del resto nos ocupamos a través de canales indirectos. Desde el punto de vista de materiales, estamos en todas las capas de la Red, ofreciendo instrumentos de acceso, enrutadores (dispositivo de red que selecciona un camino o circuito para enviar un paquete de datos) y de transporte. Así, la oferta es menor, pero estratégicamente seleccionada.

P. Y una vez reestructurado el modelo de actividad y la plantilla, ¿habrá nuevos ajustes?

R. Espero que no y todo apunta a que no saltarán novedades en ese sentido. En estos momentos, los resultados de Lucent no son los que a nosotros nos gustarían, pero resultan perfectamente asumibles por la estructura financiera de la compañía. La plantilla está bastante en línea con las expectativas de mercado, pero si al final tampoco se cumplen esas previsiones tendríamos que volver a recortar. De lo que estoy seguro es de que habrá que esperar a 2003 para ver remontar a las empresas del campo de las telecomunicaciones. Lo que indica que el sector despierta es el crecimiento del gasto medio de los usuarios, empresas y particulares, en comunicaciones. Y es cierto que esa inversión en tecnología está aumentando en todo el mundo, pero queda mucho.

Ahora los operadores sacan partido de las infraestructuras que ya tienen desplegadas en lugar de hacer inversiones en nuevos equipos de red. ADSL es un ejemplo muy claro. De hecho donde más invierten ahora es en ancho de banda y en movilidad, que son los dos parámetros sobre los que gira cualquier desarrollo actual.

P. El año pasado fue crítico para las empresas de telecomunicaciones... ¿cómo es el presente?

R. En 2001 crecimos por encima del mercado y este año hablamos de estabilidad porque nos centramos en un número de clientes menor. En el boom de los nuevos operadores nos hicimos cargo del despliegue de las redes de muchos de ellos. Ese trabajo ya terminó y por eso el volumen de negocio con todas esas empresas es considerablemente menor.

P. Los operadores del cable ya ofrecen servicios, pero les cuesta captar clientes...

R. Son tiempos complicados para cualquier tipo de negocio. En el momento de su nacimiento las expectativas de crecimiento eran muy fuertes, pero en general no se han cumplido. Quizá no hay sitio para tantos operadores y por esta razón la viabilidad de determinados proyectos queda en entredicho.

Por otra parte, hay una serie de gigantes ya asentados y sería un error tratar de competir con ellos. Los nuevos operadores deben buscar nichos de mercado, aunque se requiere que la apertura del bucle local vaya más rápida y que todo lo que tiene que ver con la banda ancha se consolide desde el punto de vista regulatorio.

P. Lo que está claro es que Telefónica ejerce un papel dominante en muy diversos segmentos...

R. Los datos así lo indican. Yo miraría lo que sucede en otros países, donde la liberalización ha contribuido a la participación en el mercado del incumbente y de los nuevos operadores. En España, la pérdida de cuota de mercado por parte de Telefónica ha sido menor que en la media de esos países en lo referente a telefonía fija; pero si se mira al segmento de la telefonía móvil se aprecia cómo crece el número de usuarios, la competencia en precios y el reparto del mercado entre varias empresas. En ese sentido también irán evolucionando la arraigada telefonía fija y otros servicios.

P. ¿Dónde pone Lucent su foco de atención en el presente ejercicio?

R. Trabajamos en todo lo que tiene que ver con posibilitar los servicios de banda ancha. Al final esto es lo que permite al operador facturar más y, en este sentido, tengo claro que el modelo de la tarifa plana tiene fecha de caducidad.

P. ¿A qué tenderá el mercado?

R. Lucent potencia el ancho de banda bajo demanda. El usuario puede contratar una conexión ADSL a 256 kilobits, pero en un momento determinado necesitar dos megabits. Nosotros ya podríamos proporcionarle esa capacidad durante el tiempo que él estime necesario y el precio iría incluido en el servicio solicitado. Esto es aplicable a la transferencia de ficheros, al vídeo o a cualquier otra cosa.

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