Rato propone una ecotasa al consumo eléctrico de los hogares y las empresas
La armonización de la fiscalidad de la energía en la Unión Europea avanza hoy otro paso hacia el incremento de los tipos mínimos en gasolinas, gasóleo, gas natural y butano. Y por primera vez España acepta un tipo mínimo para la electricidad, que Rato propone que sea de un euro por megavatio/hora.
Al Gobierno español, que desde 1997 había bloqueado la propuesta de la Comisión para armonizar la fiscalidad de la energía, le tocará hoy hacer de maestro de ceremonias en la búsqueda de un difícil consenso que permita cerrar el acuerdo este mismo año. El ministro de Economía, Rodrigo Rato, viaja hasta Bruselas para presentar a sus homólogos una propuesta de compromiso en la que, por primera vez en cinco años, aparecen tipos mínimos de imposición.
Hasta ahora, Rato sólo había aceptado negociar sobre la estructura del impuesto de la energía. Pero tras el acuerdo alcanzado en la cumbre de Barcelona para liberalizar el consumo energético de las empresas, el ministro ha rellenado ya provisionalmente las casillas en blanco de la futura directiva.
La mayor novedad se encuentra en el espacio reservado a la energía eléctrica, donde el ministro ha colocado un euro por megavatio/hora para el consumo en los hogares y 0,50 euros para el consumo industrial.
España se había negado a admitir esta ecotasa que defienden Alemania y los países nórdicos, aduciendo que el proceso de convergencia de la economía española no permite todavía penalizar el consumo. El Ministerio de Economía también teme el impacto en la inflación, que la Comisión Europea considera, en cambio, inapreciable.
Pero las conclusiones de Barcelona instaron a los ministros de Economía a lograr un acuerdo antes de fin de año, para que la nueva directiva pueda entrar en vigor en 2004. Su entrada en vigor permitirá exigir esfuerzos similares a los países del Este que se adhieran a la Unión.
Se trata de la primera actualización desde 1992 de los tipos mínimos en la fiscalidad de los carburantes y del combustible para calefacción.
La propuesta frena el impacto de la revisión al reducir sistemáticamente los incrementos que deseaba la CE. En gasolina, España propone 359 euros por 1.000 litros, 50 menos que la CE (ahora está en 287); en gasóleo, 302 euros por 1.000 litros (ahora está en 245); en butano, 125 euros por 1.000 kg, y en gas natural, 2,6 euros por gigajulio.
En el caso de España no supone incremento de precios en la gasolina, puesto que la fiscalidad ya está en 395,69 euros por cada mil litros, pero sí en el gasóleo, pues se proponen 9 euros más por cada mil litros de los que se pagan ahora (293,86).
El comisario europeo de Fiscalidad, el holandés Frits Bolkestein, también asistirá hoy al Consejo de Ministros de Economía de la UE (Ecofin), que, bajo presidencia española, debatirá el proyecto. La Comisión Europea califica de 'equilibrado' el plan de Rato, aunque expresa su malestar por el deseo de España de perpetuar una fiscalidad más favorable para el diesel.
Bruselas propuso en 1997 extender la armonización fiscal, que hoy sólo afecta a los impuestos especiales sobre los hidrocarburos, a todos los productos energéticos y, especialmente, a la electricidad.
Bruselas desea, además, revisar al alza los actuales mínimos fijados hace 10 años. Bolkestein desea un incremento paulatino de esos tipos para permitir la convergencia fiscal. Portugal, Irlanda y Grecia y España se han resistido durante años a estas intenciones.
El plan de Rato incluye numerosas excepciones y exenciones que permitirán proteger a los sectores industriales más afectados. En concreto, se menciona las industrias cementera y cerámica, cuyo consumo es muy elevado.
De todos maneras, el borrador de la directiva prevé una sensible reducción del impuesto para las empresas cuya factura energética supere el 20% de sus costes de producción. En el gas natural, Rato plantea periodos de transición de hasta 10 años para los países en que esa fuente de energía capte aún menos del 25% del mercado.