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Escándalo financiero

Andersen afronta hoy la primera vista tras la querella del Estado

Hoy comienza el juicio por obstrucción a la justicia instado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos contra Andersen, la compañía encargada de auditar las cuentas de Enron y que, según las declaraciones de algunos testigos, pudo destruir pruebas incriminatorias cuando ya sabía que el antiguo gigante energético estaba siendo investigado por supuestas irregularidades contables.

El auditor de Enron, David Duncan, que fue despedido por Andersen cuando la crisis saltó a los medios de comunicación, se ha convertido en el testigo clave del Gobierno. A cambio de reconocer su culpabilidad y una pena menor, está colaborando con el Departamento de Justicia para que siga adelante con la investigación contra la compañía auditora. Andersen, según algunos periódicos estadounidenses, ha intentado demandar a Duncan y neutralizar sus posibles incriminaciones, pero, de momento, no lo ha conseguido. Incluso ha solicitado las declaraciones que el antiguo auditor hizo ante el Congreso, pero la petición ha sido denegada.

Sin acuerdo

La compañía tiene varios frentes abiertos. En los últimos meses ha intentado negociar un acuerdo extrajudicial con los abogados de los trabajadores, pensionistas y suministradores de Enron que evitara un rosario de juicios, pero no ha sido posible. La principal razón son los obstáculos que los bancos de Wall Street están poniendo a la compañía para concederle la financiación necesaria para afrontar cualquier acuerdo extrajudicial. Consideran que cualquier apoyo a la auditora puede convertirles en futuros objetos de demanda si la firma, como todo parece apuntar, suspende finalmente pagos.

La última propuesta de Andersen a los abogados rondaba los 600 millones de dólares, proposición que ha sido rechazada.

Mientras tanto, Andersen sigue perdiendo clientes en todo el mundo. Son ya más de medio centenar las compañías que han optado por otra auditora.

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