Tensiones comerciales
Días después de las silenciosas manifestaciones antiglobalización que tuvieron lugar el Primero de Mayo, los manifestantes que acudieron a estas iniciativas tienen una victoria que celebrar. El comercio mundial cayó un 1% durante el último año, el peor resultado registrado en más de dos décadas. Por supuesto, esto coincidió con una producción mundial extremadamente débil (...). Desafortunadamente, en lugar de aprovechar esta ralentización para espolear la liberalización comercial, los políticos han buscado refugio en un creciente proteccionismo. Se ha disipado el impulso político para una nueva ronda de negociaciones comerciales, poniendo en duda el acuerdo alcanzado en Doha durante el pasado mes de noviembre. Los países ricos se muestran reacios a liberalizar los mercados en sectores como el textil o la agricultura (...). El año pasado, se batió el récord de investigaciones antidumping, que a menudo acaban en severos aranceles (...). La decisión de Estados Unidos de imponer aranceles al acero ha sido el ejemplo más egregio de proteccionismo. Pronto puede competir con los del sector agrícola. (...) La Unión Europea tampoco es inocente. Ha actuado desproporcionadamente al pedir sanciones contra Estados Unidos, por un importe de hasta 4.000 millones de dólares, tras la condena en la Organización Mundial del Comercio (OMC) a sus subsidios a la exportación. Y también amenaza con arrojar piedras contra su propio tejado al proponer represalias contra los aranceles estadounidenses planteados al acero (...). Los políticos deben tener sentido común para comprender que el proteccionismo daña la economía nacional (...).