El calvario de las 'telecos'
En abril se cumplieron dos años del calvario que las empresas de telecomunicaciones están sufriendo en las Bolsas del mundo. Hasta ese mes de 2000, estas compañías, que son las que más influyen en la confección de los índices bursátiles, habían levantado grandes expectativas y acumulado rendimientos espectaculares. El auge del sector comenzó en 1996. El índice Stoxx 600 de telecomunicaciones subió ese año un 34,48%; mejoró el siguiente, con una avance del 46,92%; aceleró las ganancias en 1998, con una subida del 62,70%, y marcó máximos históricos en 1999, con una mejora espectacular del 91,07%. En tan apenas cuatro años el índice pasó de 172,57 puntos a 788,22 puntos.
El estallido de esta gigantesca burbuja se produjo en abril de 2000 con la concesión de las primeras licencias de telefonía móvil de tercera generación. Sólo entonces los analistas, entregados sin concesiones a la causa tecnológica, comenzaron a reparar en el excesivo coste de esas licencias y a valorar el impacto en las cuentas de resultados. El índice de telecomunicaciones perdió ese año un 37,18%. El año pasado no mejoraron las cosas. A las incertidumbres del ejercicio anterior se unieron las derivadas de un enfriamiento económico en Estados Unidos. El índice cayó un 30,36%.
Pese a tan severo ajuste, el sector sigue sin encontrar su suelo bursátil este año y el índice de telecomunicaciones acumula ya una pérdida del 31% ¿Qué ha cambiado este año respecto a la situación del anterior que justifique esta sangría bursátil? Las Bolsas, como ya se vio en el periodo de auge, suelen recrearse en las tendencias, hasta exagerarlas en ambos sentidos. Los analistas argumentan que las empresas tienen que endeudarse aún más para financiar las redes de UMTS. Este fenómeno coincide en el tiempo con la debacle de Enron y la fragilidad de los bancos de inversión, auténticos promotores de éste y otros fenómenos bursátiles. La situación de la economía tampoco ayuda.
En el movimiento bajista de las dos últimas semanas ha entrado en juego una serie de mecanismos técnicos, propios del mercado, que han acelerado la corriente de ventas. Se trata del rápido trasvase de posiciones desde unos sectores a otros, cursado por los gestores de fondos de inversión que replican los índices. Esta técnica operativa, muy en boga entre los grandes bancos de inversión del mundo, consiste en aplicar criterios puramente matemáticos, de tal modo que las carteras se componen de los valores más líquidos y capitalizados, con sus correspondientes pesos en los índices. Tanto pesas, tanto vales.
El movimiento de réplica autoalimenta durante algún tiempo las tendencias, sin necesidad de que se produzcan noticias de impacto en el proceso. Así, las telecos bajan más, porque su peso es menor. Los gestores desvían las posiciones hacia los que lo ganan, que en el caso español son los bancos. Son técnicas del mercado capaces de sobrecoger al inversor más frío.